Este miércoles 23 de septiembre a la hora 11.00 en la Plaza de Armas del Cuartel del Ejercito se realizó el acto conmemorativo del 165º aniversario del pasaje a la inmortalidad de nuestro Prócer, el Gral. José Gervasio Artigas.
Los detalles de la ceremonia fueron los siguentes:
Hizo su ingreso en la Plaza de Armas del Cuartel Gral Artigas el señor Comandante de la Brigada de Infantería Numero 3 Coronel Don Dardo Romero, acompañado por el señor Jefe del BN. «Ituzaingó» de Infanterìa Número 7 TTE.CNEL. Don Luis Abilleira.
El señor Comandante de la Brigada de Infantería nùmero 3 saludó a los Efectivos formados.
El señor Segundo Jefe del Batallón «Ituzaingó» de Infantería número 7 Mayor Don Nestor Costa entregó novedades y solicitó autirización al señor Comandante de la Brigada de Infantería número 3 para dar inicio a la ceremonia.
Ya dando comienzo al acto conmemorativo del centésimo sexagésimo quinto aniversario del fallecimiento del Gral. Jose G. Artigas se escucharon las estrofas del Himno Nacional entonada por los presentes y los Efectivos formados.
Seguido a esto se procede a la lectura de la orden de Batallón.
De acuerdo a lo establecido en la Orden de Batallón leida anteriormente el Soldado de Primera José Francisco Acosta, procederá a dar comienzo al ceremonial de incineración, haciéndolo en forma simbólica con uno de los Pabellones ejecutándose a continuacion de un toque de silencio.
https://youtu.be/fdY03YVtCXE
Finalizando el acto los Efectivos presentes desfilan, rindiendo honores al Señor Comandante de la Brigada de Infantería número 3 al son de la marcha San Lorenzo.
José Gervasio Artigas, el prócer de la nacionalidad oriental, falleció repentinamente el 23 de septiembre de 1850 en Paraguay -país al que había llegado 30 años atrás- en su residencia en el barrio Trinidad, de la capital Asunción.
En aquel amanecer, las últimas palabras del Karay Guazú, como le llamaban los guaraníes, fueron “¡Mi caballo! ¡Tráiganme mi caballo!”
Los restos del general recibieron sepultura en el Cementerio de la Recoleta , en el sector denominado “Campo Santo de los Insolventes”, a poca distancia de la quinta en la que entonces vivía.