Esta mañana a la hora 07:00, personal Policial es derivado por Mesa Central de Operaciones a calle Vilardebó al 800 por un hurto en casa de familia.

La casa de una familia compuesta por un matrimonio con tres hijos, el menor de solo 8 años, que se ubica en calle Vilardebó, en su cuadra del 800, fue blanco esta mañana, entre las 06.45 y las 07.05 blanco de una evidente planificada acción de violentos ladrones copadores.

Un golpe estudiado

De acuerdo a lo informado por el propio matrimonio, víctima de este hecho delictivo, entienden que este golpe fue estudiado y planificado, tras una acción de inteligencia que habría incluido como se manejaban sus mayores durante las jornadas laborales.

Lo concreto es que a las 06.45 de esta mañana, el matrimonio, fiel a su costumbre, salieron a la calle, dejando a sus tres hijos, el menor de solo 8 años, durmiendo. Al salir cuando aún hay escasa luz solar, la dueña de casa fue acompañada por su esposo, hasta su trabajo, distante a tan solo cinco cuadras.

Al regresar el jefe de familia a su casa, para atender y aprontar a sus hijos que concurren a centros educativos, se encontró con la desagradable sorpresa de que la puerta de la calle, había sido violentada, aparentemente superada su seguridad utilizando una palanca o uña de hierro, lo que logró romper la puerta y parte del marco en donde se ubica la seguridad de su cerradura. Algo que se supone, generó un fuerte ruido al romperse.

Superada esa barrera, dos delincuentes, armados con cuchillos, tras amenazar y aterrorizar a los tres indefensos menores- el más chico de solo 8 años – que se vieron ante un sobresaltado despertar, se dedicaron a revisar ambientes y muebles.

Se apropiaron y robaron una tablet; un tv pantalla, ropas y calzados varios, una billetera con todos los documentos del matrimonio y sus hijos, además de una suma de dinero.

También se apropiaron de una mochila con una notebook portátil y de todos los libros y materiales de estudio del jefe de familia.

Las víctimas de este nuevo y lamentablemente ya habitual, casi normal, episodio delictivo, señalaron que mas allá de lo material lo que más le indigna y afecta es ver como sus hijos sufrieron de miedo y pánico, mientras los delincuentes, se paseaban libremente por toda la casa, seleccionando que se llevarían, dejando un gran desorden, tirando lo que no les servía al piso. Porque practicaron un permanente destrato de palabra y amenazas que emitieron constantemente para tenerlos dominados a tres inocentes niños. Todo lo que seguramente les dejara secuelas psicológicas y temores de por vida.

Indignación e impotencia

La madre de los chicos, dolida, indignada no ocultaba su rabia e indignación ante este nuevo episodio de inseguridad en que vivimos los salteños todos. Porque tras señalar, hoy nos tocó a nosotros, mañana a otros, somos consciente de que como ya es lamentable costumbre. Esto quedará con un final conocido. Simplemente no pasará nada y como ya es costumbre no se identificarán ni detendrán a los ladrones y de los efectos robados nada se recuperará. A todo ello, a las complicaciones diarias, que como gente de trabajo enfrentamos, yo me preguntó: Quien me paga los daños materiales y peor aún; quien se responsabiliza por el miedo sembrado den mis hijos, estando dentro de su propia casa. ¿Dónde ahora se sentirán seguros? Eso es lo que más duele.

ESPECIFICAMENTE SE LLEVARON:  una computadora portátil marca Acer, color roja, una mochila Extreme, color azul, un celular marca Samsung modelo Galaxy J3, color negro, un matera con un equipo de mate competo, una billetera conteniendo $U 4.500 (Cuatro mil quinientos pesos Uruguayos) y AR$ 500 (Quinientos pesos Argentinos) y bijouterie varias.

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