“Se trata de planes macabros” con “anuencia y la complicidad del gobierno decadente del presidente Iván Duque, dijo el ministro de Petróleo.
El gobierno venezolano denunció un “acto de sabotaje” frustrado contra una importante refinería y responsabilizó a Colombia.
“Hemos neutralizado un pretendido acto de sabotaje que buscaba ocasionar un daño catastrófico a estas instalaciones de PDVSA, a esta refinería” de El Palito (estado de Carabobo), dijo el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, en el canal estatal venezolano VTV y consignó AFP.
“Se trata de planes macabros, organizados desde territorio colombiano, con la anuencia y la complicidad del gobierno decadente del presidente Iván Duque”, prosiguió el jerarca.
Las autoridades venezolanas denuncian de manera constante planes de violencia, así como también de magnicidio contra el mandatario Nicolás Maduro, por los que suelen responsabilizar a Duque —que deja el cargo este año— y a Estados Unidos.
Según El Aissami, el supuesto ataque estaba dirigido contra el sistema eléctrico de El Palito, un territorio que cuenta con capacidad para procesar 140.000 barriles diarios de combustible.
“En la subestación principal de la refinería ubicamos un gabinete donde los sistemas de protección fueron deliberadamente manipulados”, expresó el ministro. “Ante cualquier falla que se hubiese presentado en el sistema eléctrico de la refinería, los sistemas de protección se inhibían de actuar y traía como consecuencia la explosión de la central principal”, agregó.
En diciembre de 2020, El Aissami denunció otro “plan terrorista” para “destruir” con un explosivo El Palito, del que también responsabilizó a Colombia y Estados Unidos. Tres meses antes, fue detenido el estadounidense Matthew Heath, acusado de ser espía de Washington y de planificar también un ataque contra esta misma instalación. El sistema refinador venezolano funciona por debajo de su capacidad instalada para procesar 1,3 millones de barriles diarios de crudo y combustibles, según sindicalistas y expertos, que han denunciado negligencia y abandono de la industria.
La semana pasada se reportó un incendio en la refinería Cardón, parte del Centro de Refinación Paraguaná, el mayor del país.
El gobierno prometió levantar la producción de crudo, que llegó a 3,2 millones de barriles diarios hace más de una década y ahora promedia unos 800.000.