El Índice de Percepción de la Corrupción muestra a Uruguay en el lugar 21 del mundo, entre 180 países analizados.
Corrupción y pandemia van de la mano, concluye la ONG Transparencia Internacional (TI) en su tradicional clasificación anual presentada este jueves, en la que suspende a dos tercios de los 180 países analizados.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI), los países que sus ciudadanos perciben como más corruptos son los que peor han respondido ante la covid, y las reacciones más débiles y caóticas al reto del coronavirus han sido las que han dejado mayor margen a las prácticas ilegales.
Dinamarca y Nueva Zelanda se mantienen en la cabeza de la lista de esta ONG alemana, con 88 puntos sobre un máximo de 100 cada uno; mientras que Sudán del Sur y Somalia, con apenas 12 puntos, reinciden en la parte más baja de la clasificación.
El análisis, señala el informe, “muestra que la corrupción no sólo socava la respuesta sanitaria global a la covid-19, sino que también contribuye a prolongar la crisis democrática”.
Las luces del informe las protagonizan los países que más progresos realizan en la lucha contra la corrupción en la última década, con Grecia, Myanmar (Birmania) y Ecuador a la cabeza; y las sombras las encarnan los tres que más pierden en la clasificación: Bosnia Herzegovina, Malawi y Líbano.
Entre las grandes potencias destaca Estados Unidos, que ahonda su caída -por cuarto año consecutivo, toda la presidencia de Donald Trump- y con 67 puntos marca su peor registro en el CPI desde 2012.
Como en los últimos años, en América Latina encabezan la lista regional Uruguay y Chile, con 71 y 67 puntos, respectivamente; y la cierran Venezuela y Nicaragua, con 15 y 22.
Entre unos y otros se sitúan Cuba (47), Argentina (42), Colombia y Ecuador (39), Brasil y Perú (38), El Salvador (36), Panamá (35), Bolivia y México (31), República Dominicana y Paraguay (28).
Así, sólo aprueban tres de los 19 países latinoamericanos analizados (16 %) y la puntuación media es 43. La sensación es de estancamiento en el mejor de los casos y, en ocasiones, de retroceso en áreas sensibles.
El índice clasifica 180 países y territorios según la percepción del nivel de corrupción en su sector público según expertos y empresarios. La escala empleada es de cero a cien, donde el cero corresponde a corrupción elevada y, el cien, a corrupción inexistente.
Uruguay está en el lugar 21 del mundo, superando a países como Francia, Estados Unidos, España, Portugal, Corea del Sur e Israel. Desciende un puesto con respecto a la primera medición, realizada en 2012.
“Durante mucho tiempo centro de lavado de dinero en Latinoamérica, Uruguay ha trabajado para cambiar su reputación como refugio de la plata sucia al tomar medidas adicionales para combatir la corrupción desde 2018”, indica el reporte, aunque señala investigaciones sobre negocios con el chavismo y el uso de sociedades anónimas registradas en Uruguay para lavar dinero en el exterior como algunos de los casos denunciados en los últimos años.
(Con datos de EFE)