En mitad de la noche australiana, Eric se esforzó en avisar a su dueño que algo malo estaba ocurriendo: “¡Anton! ¡Anton!”.
Ocurrió hace unos días en Brisbane, cuando la casa de Anton comenzó a prenderse fuego en mitad de la noche. El loro detectó el calor de las llamas incluso antes que los detectores de humo y comenzó a llamar a su dueño: “¡Anton! ¡Anton!”.
Según información de 9News que recoge TuOtroDiario, Anton confió en el instinto de Eric y se levantó de inmediato. “Eric, mi loro, comenzó a gritar mi nombre, así que me desperté. Olí un poco a humo, tomé a mi mascota, abrí la puerta y noté que en la parte trasera de la casa ya comenzaban las llamas”.
El hombre llamó a los servicios de emergencia, que enviaron a los bomberos, pero no pudieron evitar que la casa de madera fuera consumida por las llamas.