Un 3 de julio de 1985 llegaban a la gran pantalla Marty McFly y su amigo Doc Brown, pero el camino hasta allí fue complicado.
Infobae recopiló algunas de las anécdotas de la creación de esta película por la que nadie apostaba. Muchos hablan de su guion, obra de Bob Gale junto al director Robert Zemeckis, como de los mejores jamás escritos, pero fue rechazado 44 veces. La comedia pecaba de inocentona en la era de “Porky’s”.
El germen había sido un anual escolar del padre de Gale, que hizo pensar al guionista lo que ocurriría si se hubieran conocido durante el secundario. La idea de un joven entrometiéndose en la adolescencia de sus padres entusiasmó a los guionistas, que primero pensaron en enviar a Marty al pasado dentro de una heladera. Terminaron inclinándose por un vehículo y más exactamente un DeLorean, ya que querían un auto que en los cincuenta pareciera una nave espacial. El DeLorean había sido un fracaso comercial y ya había dejado de fabricarse al momento de filmar la película.
A la hora de elegir los actores, Danny de Vito, John Lithgow, Dudley Moore y Jeff Goldblum eran candidatos para ser Doc Brown, papel que quedó en manos de Christopher Lloyd. El papel principal fue más complejo, ya que Michael Fox era la prioridad, pero se encontraba filmando la sitcom “Lazos familiares”. Así que eligieron a Eric Stoltz.
Iban cinco semanas de rodaje cuando Zemeckis convocó a Spielberg y Gale para decirles que Stoltz no funcionaba, ya que hacía demasiado solemne a la historia. Para el director, fue la decisión más dura que tuvo que tomar en su carrera. Y la más acertada.
Esto podría haber sido una mala señal, pero todo el equipo coincidió en que desde la primera escena con Fox la cosa fluyó. Y la química con Lloyd era notoria. El inconveniente fue que durante unos meses Michael casi no durmió. Pasaban a buscarlo por su casa a las 9 de la mañana para grabar la serie y a las 5 de la tarde lo llevaban al set de la película, donde filmaba hasta la madrugada. En el camino de un sitio al otro aprovechaba para dormir. “Era la edad para hacerlo: tenía 23 años”, contaría en sus memorias.
Para la canción principal querían a Huey Lewis, quien combinaba lo retro con lo ochentero (que en ese momento era lo actual), pero el músico se negaba a escribir una canción sobre el futuro. Zemeckis le dijo que escribiera lo que quisiera sin importar la película ni el título y más tarde llegaría el megaéxito “Power of Love”.
El estreno estaba previsto para agosto, pero la recepción previa fue tan buena que se adelantó para principios de julio, en la temporada alta. Terminó siendo la película más taquillera de 1985, recaudando casi 400 millones de dólares con un costo de 14 millones.
Luego llegarían las dos secuelas, filmadas en simultáneo para ahorrar en presupuesto. Pero esa es otra historia.