Grigore Lup es rumano y un zapatero de los de antes. Desde su profesión, da la batalla contra la pandemia.
Al igual que la mayoría de los países europeos, Rumania está iniciando un cauteloso desconfinamiento, en medio de preocupaciones por un posible rebrote.
Sabedor de que el distanciamiento físico es fundamental para frenar la propagación del coronavirus, y de que hay mucha gente que no lgra mantener esa distancia, Grigore Lup puso manos a la obra.
Residente en la ciudad de Cluj y con más de 40 años en la profesión, el zapatero diseñó el calzado más grande que alguna vez haya confeccionado: un talle 75.
Los zapatos son cómodos como cualquiera de los que hace, y no hace falta tener pies gigantes para usarlos.
Simplemente, el artesano agrega una punta de unos 50 centímetros a cada pieza, algo que sin duda ayuda a no encimarse a quien se tiene delante.
Según informa el periódico matritense As, cada par de zapatos “súper largos” cuesta en promedio 100 euros, y el lleva dos días de trabajo.
En declaraciones a la agencia noticiosa Reuters, Lup explicó que tuvo la idea mientras hacía las compras de subsistencia en las calles de su barrio. “La gente no respeta la distancia social, con estos zapatos habrá una separación de un metro y medio”, afirma.