Con la salida de Talvi, “se agiganta el peso del doctor Sanguinetti”, que es el impulso “intelectual” de la coalición, dijo.

Cuando Ernesto Talvi renunció a la Cancillería, el senador José Mujica afirmó: “Es un gran tipo, con exceso de universidad y academia, pero con una falta de boliche de la gran puta”.

Esta mañana, tras conocerse la noticia de que Talvi se retira de la política activa y no asumirá en el Senado, Mujica se refirió al caso en entrevista con radio Montecarlo.

“Creo que Talvi ha hecho un viajecito por su interior, por sus sentires y también por sus pensares y ha tomado esta decisión. Seguramente no lo hizo intempestivamente, se tomó varios días, por lo visto, y sacó una conclusión”, dijo.

“La política tiene sus esquinas duras, muy duras. Los seres humanos no son tan poéticos ni somos tan perfectos”, reflexionó.

Mujica opinó que “seguramente que debe haber cosas que lo deben haber golpeado, que no las esperaba”. “El batllismo es un pedazo de historia nacional. Daba la impresión de que había un algo de retomar un viejo sentir social, aggiornado a nuestro tiempo, y eso es una riqueza pública. Pero no fue así, y veremos. Personalmente no hago otra cosa que darle mis saludos a Talvi”, comentó.

Opinó que “en lo inmediato” la coalición va a seguir, y que al retirarse Talvi del escenario, “se agiganta el peso del doctor Sanguinetti”, a quien definió como el impulso intelectual de la coalición.

Dijo que “es probable” que en esta decisión haya tenido un rol el presidente Lacalle, pero que no lo podía afirmar. “Puede que esos cruces que se dieron hayan lastimado a Talvi en su interior”, agregó.

Aseguró que cuando habló de “falta de boliche” no lo hizo en tono ofensivo. “El concepto es más rico. Seguramente Talvi entró en la política con un grado de idealización y se encontró con una realidad humana. La política no es negra ni es blanca. Aparecen todos los ingredientes de la condición humana, desde la heroicidad a la tacañería, desde el altruismo al egoísmo atroz. Todo lo que es el teatro humano aparece en la política y probablemente Talvi haya idealizado ese camino y la realidad fue muy dura. La palabra boliche que usé sonaba peyorativa, pero lo que quería transmitir es la realidad que está muy lejos de la idealidad”, concluyó.

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