El senador consideró que su par de CA “es en todo caso un bulldog muy peligroso” y dijo que no habla con Lacalle Pou desde el 1º de marzo.
El mes que viene José Mujica renunciará a su banca en el Senado. Lo anunció hace pocos días, en medio de la polémica sobre el desafuero de Manini Ríos, que él en principio no acompañaba pero finalmente votará, alineándose con la postura del Frente Amplio, aunque expondrá en sala su propia visión sobre el tema.
¿Qué papel está jugando en la oposición al gobierno de Luis Lacalle Pou? ¿Cómo se lleva con Cabildo Abierto? ¿Dejará efectivamente el Parlamento, algo que manejó varias veces en los últimos años?
Sobre esos temas, el todavía senador frenteamplista conversó con el periodista Emiliano Cotelo en una nueva edición del programa En perspectiva, emitido por Radiomundo.
“Nada”, es la tajante respuesta cuando se le pregunta qué a hecho en el Parlamento durante los meses de la actual legislatura, una nada que achaca en parte a la pandemia y en parte no.
“Ha sido una presencia nominal, por dos cosas. La política es entre otras cosas relaciones humanas y apareció este fenómeno de la pandemia. Yo estoy en grupo de riesgo por partida doble, por la edad y pro padecer una enfermedad inmunológica crónica que ni siquiera me permitiría vacunarme si existiera una vacuna maravillosa. Entonces tengo que evitar todos los contactos posibles”, explicó.
Tras varios meses sin asistir al Palacio Legislativo, al regresar se topó con que “es tan fuerte la concentración de poder en el Ejecutivo, que el Parlamento de momento está bastante nominal”.
De esas dos causas, “la esencial es la pandemia, que desgraciadamente va a ser muy larga. En esas condiciones me tengo que retirar, porque amo en pila la política, pero mucho más amo la vida”.
Siempre sobre ese retiro, recordó que está jubilado, y debo ser el único caos, no cobro como senador, sigo cobrando mi jubilación que son 62.000 peso nominales, porque me agarró la ley de tope”. Y si bien lamenta dejar de el Parlamento, afirma que su salida tiene “una contrapartida” positiva.
“Tengo un suplente joven y brillante (Alejandro ‘Pacha’ Sánchez), sería un viejo miserable si me quedo de figureti con esta flaqueza que me impone la pandemia y no le abro paso”, sostuvo.
Interrogado sobre su opinión en términos generales sobre la actual administración, dijo que “es contradictoria”.
“Acompaño que está bien la preocupación por lograr equilibrios fiscales, pero no puedo acompañar la filosofía de que el costo principal lo paguen los asalariados de este país. Hay perdida de salario real y de poder adquisitivo de las jubilaciones, que es lo que cuenta”, criticó, lamentando asimismo “una renuencia en pedir colaboración a los sectores de altos ingresos, porque considerar que sería una señal negativa, como se dijo expresamente, en contra del espíritu de inversión.
Por otra parte, señaló que la coyuntura de la pandemia hizo rever la economía en todo el planeta.
“Cuando termine la administración de Trump, Estados Unidos va a estar debiendo más que su PIB. Ha habido un cambio de carácter colosal, sino no se entendería esa inundación monetaria que están haciendo en el mundo rico, y la enorme flexibilidad que hubo en las cuentas, como en el caso argentino. Es un mundo distinto, por ahora. Comparto la filosofía de preocuparse por la estabilidad fiscal, no comparto el camino elegido de solamente acordarse de los trabajadores”, manifestó.
“Creo que los sectores que tienen buenos ingresos tendrían que haber colaborado con el efecto pandemia, y lo dije desde el primer momento. No se puede considera que es todo es lo mismo, hay una alta burocracia privada que algo podría haber puesto. A los que se les cobró dos meses (en referencia al descuento a los salarios altos en la función pública) fue un verdadero saldo a la bandera, creo que se debería haber hecho un esfuerzo más largo”.
“Cuando se tiene ingresos importantes nadie sacrifica la olla, va a sacrificar algún gasto relativamente suntuario de carácter soportable. Pero cuando se le rebaja al que gana 15.000 o 20.000 pesos, ese lo va a sentir en la comida. Desde luego, comparto que a nadie le gusta que le metan la mano en el bolsillo, que es el órgano más sensible de la humanidad”, reflexionó.
En cuanto a su diálogo con el actual gobierno, aseguró que es inexistente, y lo ilustró con el siguiente ejemplo. “Ayer tuve una larga conferencia con el presidente de Colombia, pero con el gobierno uruguayo no hablo. Alguna vez hablo con el presidente argentino y algún otro por ahí. Yo no voy donde no me llaman, si me llaman agradezco y respondo con caballerosidad. Creo que el gobierno tiene de hecho trazado un camino totalmente autónomo de la oposición”.
Esa distancia en la relación con el gobierno es extensiva a su líder, el presidente Lacalle Pou, con quien “no hay ninguna relación, prácticamente nunca” la hubo. De hecho, asegura que su última conversación fue “en el catafalco de la Asamblea General cuando asumió el gobierno y procedí institucionalmente a tomar el juramento.
Entrevista adelante, se abordaron temas como la controversia sobre el desafuero de Manini Ríos, y los dichos de Mujica en un libro (Mujica por Pepe, de Nicolás Trotta) sobre su persona publicado recientemente en Argentina.
En concreto, Cotelo quiso saber más sobre los dichos de Mujica acerca de que le Frente Amplio podría n o votar el regreso de Manini al senado si este pasara por la Justicia y resultara inocente, palabras a las que el propio senador de Cabildo Abierto (CA) hizo referencia como argumento contra su desafuero.
“Eso fue en el contexto de algo más. Lo que salió (públicamente) salió mal, lo dije mal”, reconoció Mujica, detallando luego lo que quiso hacer entender.
“Si hiciéramos un plebiscito en la base del Frente, por los reiterados ataques a la Justicia que desde hace tiempo viene realizando gente de Cabildo Abierto, la decisión sería otra. Pero lo que decidieron los dirigentes del FA es lo que yo mismo pienso”, indicó, insistiendo sin embargo en que desaforar al senador “sería una forma de victimizarlo, lo que lo favorece”.
Respecto al hecho de que Manini haya tomado esas palabras de Mujica como asidero para no votar su salida del Senado, Mujica consideró que “eso es una jugarreta es vestir a la novia. El verdadero peligro (para Manini) es la decisión de la Justicia, la certidumbre de que la justicia lo puede condenar, sino no se entiende la campaña en contra de la Justica”, que, a entender de Mujica, llevan adelante varias figuras de CA.
En ese contexto, el ex presidente entiende que “la coalición de gobierno hizo lo que políticamente tenía que hacer, por encima de lo jurídico: preservar la herramienta (la coalición en sí misma). Lo político se impuso una vez mas a lo jurídico. Nadie lo va a reconocer, porque hay una tradición de maridaje con el cinismo, pero en mi fuero interno estoy convencido de ello. Todo lo demás es bulla”, aseveró.
Preguntado sobre ello, concedió que “también por razones políticas” él tampoco quería votar ese desafuero.
“No le quería hacer el juego. Yo no subestimo a Manini, lo conozco. Manini es en todo caso un perro bulldog muy peligroso, muy capaz”, opinó. “Pero cuando se le tiene bronca a alguien, se pierde la perspectiva y no se mide la realidad, entonces hay una visión peyorativa que no permite medir la magnitud del personaje, y se hacen cosas en función de lo que se siente, y no de lo que conviene”.
Tras tales dichos, Mujica aseguró que para entender a cabalidad el affaire Manini “hay que remontarse un poco” en el tiempo.
“Cuando Eleuterio (Fernández Huidobro) tomó la responsabilidad del Ministerio Defensa trazó dos grandes rumbos. Uno de ellos era el nunca más. Como estudioso de las cuestiones militares había llegado a la conclusión de que los golpes de estado en todo el mundo, impulsados en las fuerzas armadas, cuando no contaban con la unida de la oficialidad tendían a fracasar, y cuando sí la lograron, triunfaron. Pro eso había que trabajar, entendía Eleuterio, todo lo que se pudiera en la consciencia de la oficialidad más inteligente, en la importancia en el respeto institucional, partiendo de la base de que fallan los hombres y los partidos, hay que preservar las instituciones”. Por ello, apostaba a largas discusiones sobre esto con la oficialidad más inteligente”.
Según Mujica, el segundo rumbo trazado por el fallecido ministro entendía que “si se quiere conseguir un poco de información (sobre el tema desaparecidos y DDHH) hay que intimar con la oficialidad joven que no tiene responsabilidad directa con el pasado, la que hay ahora y que no tiene nada que ver con lo que pasó, pero por el carácter endógeno (parentescos, etc) puede ser el vinculo para que vayan apareciendo cosas. Y vaya que trabajó en ese sentido todo lo que pudo”, relató.
“Si agredo no logro la intimidad necesaria para conseguir algo. Él se movió e hizo todo lo que pudo, era un hombre muy inteligente que veía lejos, desgraciadamente estaba muy enfermo”, lamentó.
En cuanto a su relación con Manini, Mujica dijo haberse reunido algunas veces con él cuando el actual líder de CA no había pasado a retiro como militar.
“Ahora no tengo ninguna relación. Eso era cuando tenía sentido la discusión militar cuando discutimos el cambio militar. Dese cuenta por ejemplo de la contradicción en lo que plantea la pregunta. Nosotros tratamos de impulsar el cambio legislativo, incluyendo la disminución en el número de oficiales superiores. Ahora Manini logró lo contrario con esta ley de presupuesto. Eso quiere decir que no hubo ninguna clase de acuerdo o acomodo. Por el contrario. En ese momento discutimos mucho y tampoco estuvimos de acuerdo”, recordó.
A continuación, Cotelo hizo referencia a las palabras de un ex MLN, el escritor Marcelo Estefanell, quien narró recientemente en las páginas del semanario Voces, que en su momento la elección de Manini como comandante en jefe del Ejército tuvo que ver con el hecho que no era masón.
“Si, efectivamente”, admitió Mujica, que a la sazón era presidente. “Es sencillo. No tengo nada contra la masonería, pero llama la atención la cantidad de oficiales que se han hecho masones. Entonces uno sospecha que es una forma de luchar por los ascensos, porque no pueden hacer políticamente abiertamente”. Además, a la hora de designar el cargo “no hay para elegir a la marchanta, son una docena de nombres, se eligió uno que no fuera masón”. Por otra parte, Mujica aclara que entonces no se sabía de la pertenencia de Manini a otra entidad: la logia de los Tenientes de Artigas “a la que ahora dice que pertenece”.
“¿Así que la alternativa era elegir teniente o elegir masón? ¿que linda changa, eh? Me parece que la tienen todos los presidentes”, ironizó.
Por todo ello, Mujica entiende que es injusto considerar que desde la izquierda se catapultó la carrera política de Manini, pese a que algunas decisiones políticas podrían haber tenido se efecto involuntario. Por ejemplo, su pase a retiro ordenado por Tabaré Vázquez, permitió que se dieran los tiempos necesarios para la incursión política de Manini en las pasadas elecciones.
“Creo que ya estaba buscando rumbo político, tenía una decisión y todo eso fue funcional a su objetivo. Manini es muy capaz e inteligente, y creo que lo subestiman”, consideró, conjeturando que “en todo su último tiempo procuraba el martirologio político para revestir una aureola que le sirviera para catapultar su movimiento político”.
Sobre el tema del paradero de los detenidos desaparecidos durante la pasada dictadura, Mujica entiende que “Manini tiene una cuenta pendiente muy grande, que todavía está a tiempo” de saldar.
“Es el único uruguayo que puede conseguir arrimar información que otros no podemos. Por lo menos pedazos de verdad. Es un desafío que tiene por delante, lo pudo haber hecho y todavía lo puede hacer, pero no sobra el tiempo”, concluyó.