Esta persona, oriunda de la provincia de Santa Cruz, generó una infección tras un testeo mal practicado.
La realización de hisopados está a la orden del día, sobre todo teniendo en cuenta que en diversas partes de la región latinoamericana se está viviendo un pico de casos de covid-19. Si bien puede impresionar el ingreso del hisopo a la nariz, los usuarios que se practican los testeos ni siquiera piensan en la posibilidad de que surjan lesiones.
Primero fue una sensación de picazón, pero a medida que siguieron los días notó que le salía “sangre gelatinosa” junto a un brote en la cara. Cuando el testeo dio negativo, regresó a la clínica donde se practicó el testeo y tenía, según dijo, “4 o 5 centímetros de dilatación en la fosa nasal”.
“No tengo el cartílago que tiene normalmente la nariz. Llegue a tener 18 mil glóbulos blancos, con una anemia crónica. Se me habían reventado todas las venas y soy alérgica a la penicilina, ya no recibía más antibióticos porque me lastimaron muchísimo los brazos”, indicó, y agregó que para solucionar esta situación necesita una reconstrucción que cuesta 200 mil dólares.
“El doctor me dijo que si sigo así la infección puede subir al cerebro y puedo morir. Necesito una reconstrucción de cartílago. Mi nariz está indefensa, por lo tanto mi sistema está bajo. En esta pandemia, es una verdadera urgencia”, agregó la mujer a través de un posteo en sus redes sociales.