Dicen que las incluidas pueden convertirse en víctimas de discriminación.

Un grupo de ex Reinas de Carnaval no coincide con las alteraciones al reglamento de elección aprobado por la Intendencia de Montevideo para el certamen de 2016. Las jóvenes coronadas también expresan su disgusto por no haber sido consultadas debido a la experiencia en certámenes de distintos años y porque integraron jurados.

Anabella Quenón, la Reina de Carnaval de 2014 en representación del barrio Las Acacias y el Centro Comunal 11, dijo a El País que al enterarse de que podrían intervenir transexuales, y quedó eliminado el límite de edad, varias compañeras se reunieron, trataron el tema y nombraron delegadas.

Detrás de bambalinas, las candidatas y pocas personas más conocen que la solidaridad y el espíritu festivo no siempre es continuo. Al respecto, Anabella Quenón dio su testimonio a El País.

“Todos los años hay algún problema. Por más que se den talleres de violencia, pasa un montón de cosas que hay que tener en cuenta. Un transexual puede ser bárbaro, pero capaz que se enoja y, se quiera o no, es un hombre, tiene una fuerza que yo no tengo. ¡Mirá si viene y me pega! Las que estamos luchando ya fuimos reinas, yo no gano ni pierdo nada, no puedo volver a presentarme. Solo pueden hacerlo las vice reinas. Nos parece que es injusto, que no se tuvieron en cuenta muchas cosas, porque quienes decidieron no estuvieron ahí nunca”.

Voceras.

Las ex reinas unidas rechazan una voluntad de inclusión que termina discriminando. Entre las que les tocó el papel de movilizarse a nivel público están, además, Romina Reynaldo (Reina de Llamadas de 2015), Lucía Garrido (Reina de Carnaval 2012) y Leticia Alonso (Reina de Samba 2014).

Mañana tendrán una reunión con Gerardo Reyes, gerente de Eventos de la Intendencia, repartición dependiente de Cultura, cuya directora es Mariana Percovich, quien habría accedido en principio a una entrevista pero no la confirmó, según la versión dada por Anabella Quenón a El País.

“Con el reglamento nuevo, hay chicas que, por lo general sabemos que se presentan, y este año no quieren hacerlo. Se ha establecido, por ejemplo, que el jurado deberá tener especial consideración con las personas diferentes; al marcar eso se está discriminando para un lado y para otro. No va a haber coreografía para que no se noten las diferencias”, dijo.

“El jurado no va a puntuar como antes, será deliberativo. Es poco transparente. Yo fui jurado el año pasado en el Comunal 11 y tenía que evaluar la simpatía de una, la elegancia de otra, la comunicación con el público o lo que sabía de Carnaval. Ahora no hay manera de corroborar la valoración, al no haber puntaje”.

Anabella Quenón piensa que es muy difícil medir la actuación de discapacitados en competencia despareja de pique. Y agrega que no existen previsiones sobre su accesibilidad a los carruajes de las reinas ni tampoco a los escenarios.

“Las que participamos sabemos las dificultades que se presentan y la necesidad de apoyo durante las coreografías, los ensayos, las pruebas teóricas sobre carnaval o los talleres de género. No hay un equipo de profesionales para la contención, algo que más pueden llegar a necesitar las chicas que con capacidades diferentes. El año que yo estuve tuvimos una compañera discapacitada y la gente se rió de ella. En los puntajes estuvo bastante abajo. La experiencia puede ser traumática para quienes compiten de igual a igual, y peor si no es así”.

“La gente aún no está preparada; se va a reir”.

Entre los argumentos municipales para introducir variantes en las reglas del certamen de Reina del Carnaval se esgrimió que había que dejar de lado el papel tradicional de la mujer como si fuera un objeto decorativo. Anabella Quenón dijo a El País no haberse sentido “como un objeto” salvo cuando quiso “volcar ideas” y se le cerraron las puertas.

Durante el desfile de 2014, ella y sus dos vices, desfilaron en una cachila, sentadas, sin espacio para bailar.

“En el desfile de Llamadas el público nos recontra dijo de todo hasta que llamé a un muchacho de la Inspección General de la Intendencia que con el chofer levantaron el asiento para que pudiéramos ir bailando. Hay muchas cosas para mejorar el reinado antes de hacer cambios como los de ahora, cuando la gente tampoco está preparada, y se va a reír, puede pasar eso”.

A las ex reinas no les disgusta que se premie a otras pares si fuese en distintas categorías, sea de trans o de gente con capacidades diferentes. “Capaz que podríamos desfilar todas juntas, no hay drama, pero que salga la mejor trans, la mejor discapacitada, la mejor veterana. Puede haber una mujer mayor que le encanta el Carnaval, que salga la Tía Tina, una Mama Vieja de toda la vida. ¡Sería bárbaro!”

QUÉ DICEN LOS LECTORES.

De cómo incluir sin discriminar.

“Habría que redefinir el sentido del ser reina del carnaval. En Uruguay hay dos carnavales: el del sur (muy parecido a lo que se ve en Montevideo) y el del norte, (muy parecido a lo que se ve en Río, Porto Alegre, o incluso en Corrientes). A mí no me gusta el del sur, demasiado lujoso y sin el ritmo y la vibración de los cuerpos con la música que veo en el norte. Pero en todos los casos, las reinas siguen el mismo modelo: jóvenes, bonitas, mujeres reales, buenas bailarinas, con cosas para decir y adoradoras del carnaval. No es discriminar pero si no va a ser así, es mejor no elegir más reinas”.

“El problema es que tienen un concepto desvirtuado de inclusión y también de discriminación. El resultado es el contrario al que quieren lograr, al final se termina discriminando porque no hay más remedio al haberse forzado las situaciones”.

“Una postulación diversa e inclusiva a Reina de Carnaval, es un absurdo callejón sin salida: elegir implica discriminar”.

“Creo que la IMM puso como excusa incluir a las personas con discapacidad pero su objetivo son los transexuales. Como personas somos todos iguales; lo que esta gente debe entender es que hay ocasiones en las que la inclusión es inadecuada; he visto desfiles de modas para mujeres obesas y están bárbaros. Las concursantes se sienten bien y no objeto de burlas como si lo hicieran con modelos 90-60-90. La anatomía nos diferencia y eso no es discriminar. Las mujeres van al ginecólogo y los hombres al urólogo aun siendo reinas”.

“Que sigan participando solo mujeres y que los que no nacieron mujer se abstengan. Claro que si quieren ganar votos con la comunidad de transexuales y usarlo políticamente es otra cosa, y una deslealtad a la mujer uruguaya, sea negra o blanca, que por cierto son muy lindas”.

“Si van todos juntos van a tener que elegir obligados a un trans, porque si no queda como discriminación; y si van por separado también queda como discriminación”.

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