El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió este jueves a la población que acopie agua en cuanto recipiente le sea posible, al admitir la gravedad de los problemas de suministro derivados de los apagones que afectan al país.
Tras reiterar que la falta de agua es producto de ataques de Estados Unidos y la oposición contra la infraestructura eléctrica, Maduro instó a almacenar el líquido en “grandes pipotes, grandes tanques” o en pequeños recipientes.
El objetivo es “transitar esta fase de resistencia y lucha (…), es un consejo, es una orientación que le doy al pueblo de Venezuela”, dijo.
Venezuela afronta desde comienzos de marzo apagones masivos que han afectado el bombeo de agua, las telecomunicaciones, el comercio, el transporte y la actividad de la banca.
La oposición y especialistas atribuyen el colapso a la falta de mantenimiento de instalaciones, la impericia y la corrupción, pero Maduro insiste en que se trata de “una guerra no convencional para hacer ingobernable al país”.
El mandatario también ordenó a los gobernadores y alcaldes, en su mayoría oficialistas, ayudar a implementar un plan para la venta de tanques de almacenamiento subsidiados, y ratificó su oferta de reponer los electrodomésticos dañados por interrupciones abruptas de la energía.
“Esto es preparándonos para cualquier otro ataque artero de estos fascistas, de estos golpistas del imperialismo en esta guerra de carácter no convencional”, subrayó Maduro, quien también pidió a los venezolanos ahorrar luz y agua.
La crisis de los servicios públicos obligó al gobierno a un racionamiento de electricidad por 30 días hasta finales de abril, sin que se conozca un cronograma para salir de la situación, así como a reducir la jornada laboral de ocho a seis horas y a suspender las clases hasta este miércoles.
Asimismo, la emergencia ha generado protestas espontáneas en Caracas y otras ciudades, y saqueos en el estado petrolero de Zulia.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha advertido sobre los riesgos de acumular agua en recipientes caseros por servir como criaderos de mosquitos transmisores de enfermedades como dengue o paludismo.