INFORME DE LA GUARDIA

Luis Suárez tiene uno de los homenajes más importantes que se le pueda rendir a una persona durante su vida, una estatua en réplica original de su fisonomía y complexión física. Y la tiene nada menos que en pleno centro de su ciudad natal, Salto.

Pero si bien sabe de este tributo y hasta envió un mensaje grabado en vídeo el día que fue inaugurada, hace ya 6 años, nunca vino a visitarla.

La estatua, que constituye además uno de los atractivos turísticos de la ciudad, ya que foráneos y lugareños se sacan fotos de todo tipo frente a la misma y hasta los periodistas hacen sus móviles en vivo al lado de ésta, cuando la temática trata de fútbol, no ha sido vista en persona por el homenajeado, aún 6 años después de ser inaugurada y de estar allí, protegida por los propios salteños.

El impulsor y creador de la misma, es el empresario local Leonardo Boruchovas, quien en su fanatismo por el Club Nacional de Fútbol de Montevideo (de donde es originario) y del jugador salteño, consiguió los fondos privados necesarios como para llevar adelante tal creación.

Boruchovas consiguió contactar con el artista uruguayo que creó la estatua, Alberto Morales Saravia, y además gestionó hasta obtener la financiación de la obra.

También consiguió los permisos para colocarla en una de las esquinas más emblemáticas del centro de la ciudad de Salto, donde Suárez nació en el año 1987, en el mismo Hospital que el otro astro uruguayo del fútbol, Edinson Cavani, solo que tres semanas antes. Por entonces, el personal de la salud que los vio nacer en el hospital salteño ni se imaginaba que estaba ante dos de los mejores delanteros del fútbol mundial.

Boruchovas dijo a «laguardia» que su «fanatismo» lo hizo llevar adelante tal obra, pero aclaró que «nada tuvo que ver» el gobierno de la ciudad, ni la institución deportiva de la que es hincha y hoy Directivo suplente, el Nacional de Montevideo, uno de los equipos más importantes del fútbol uruguayo y más relevantes del continente, donde Suárez dio sus primeros pasos.

El 25 de julio de 2016 la esquina de las calles Uruguay y José Amorín cambió para siempre. La estatua del jugador está presente en cada mirada y los aficionados de todos los equipos y turistas del país que sea, pasan por allí a sacarse una foto. Todos, menos el homenajeado, que si bien viaja por el mundo, no ha venido en 6 años a visitar su propio tributo en gesto de agradecimiento.

«Él no vino el día de la inauguración porque estaba por jugar las instancias finales de la Champions League (en ese momento con el Barcelona F.C.), pero quedó de venir cuando él pudiera porque estaba muy agradecido», aclaró Boruchovas, quien manifiesta además no tener ningún problema con el asunto y al contrario, señala que aún aguarda la visita del jugador, de quien considera que en «algún momento» va a venir a verla.

Pero a diferencia de Cavani o el jugador salteño del Getafe de España, Mauro Arambarri, Luis Suárez no visita Salto. Sus allegados dicen que «no todos los recuerdos de su infancia son buenos» en esta ciudad, aunque en todos lados a los que va, además de ganarse el mote de «Pistolero», siempre le van a decir «el salteño».

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