“Lo sabe, lo entiende, pero no le importa”, dijo la subdirectora del hospital de Rivera sobre las varias transgresiones cometidas por el paciente.
Permanece en Montevideo con prisión domiciliaria el hombre con coronavirus que fue imputado en Rivera por propasarse con una funcionaria y toserle en la cara.
El hombre de 73 años había viajado de Montevideo a Rivera cuando ya presentaba síntomas de la patología, aunque todavía no se le había comunicado el diagnóstico.
Internado en el hospital riverense cometió el hecho mencionado y que sus abogados niegan, asegurando que no hay evidencias. ¿Qué es lo que argumentó la Fiscalía para formalizarlo por este hecho
La Fiscalía lo investiga porque “presumiblemente ha participado en la comisión de reiterados delitos de desacato, uno de ellos en concurso formal con un delito de violencia privada en calidad de autor”.
En marzo, el hombre consultó más de una vez en una policlínica del barrio Sur por un malestar general y se le hizo saber los días 20 de marzo y 24 de marzo que debía mantener aislamiento social y cuarentena, con controles en policlínica, ante la evolución del cuadro respiratorio. El día 28 de marzo consultó nuevamente por “malestar general”, en cuya ocasión se indicó alta a domicilio con seguimiento, extremando medidas de higiene y aislamiento social.
El día 31 de marzo se lo llamó en reiteradas oportunidades a efectos de realizar el seguimiento y evaluación de la patología, sin que contestara el teléfono. Se lo llamó porque en su historia clínica figuraba “posible Covid-19” y que había estado en una fiesta con 100 invitados.
El parte fiscal recuerda que cuando consultó en Montevideo, ya que presentaba un cuadro respiratorio y dada la pandemia que azota al país más la edad del paciente y la sintomatología, se le indicaron medidas de cuarentena, entre ellas aislamiento en domicilio por 14 días.
Sin perjuicio de ello, aproximadamente a los siete días el imputado se trasladó desde Montevideo a la ciudad de Rivera, luego a la ciudad de Minas de Corrales y a la zona rural denominada paraje La Calera en un vehículo particular con su sobrino, permaneciendo en esa zona rural por unos días en casa de familiares.
El 1 de abril se trasladó en ómnibus desde Minas de Corrales a la ciudad de Rivera, “desobedeciendo abiertamente el mandato de los funcionarios públicos (médicos de Salud Pública), quienes le habían indicado aislamiento en cuarentena por ser posible portador del virus”.
El imputado consultó ese mismo día en el Hospital Departamental de Rivera nuevamente por el cuadro respiratorio que presentaba, y quedó internado ante la sospecha de padecer el virus.
En ese momento fue ingresado a sala, aislado, dándosele las indicaciones correspondientes: usar tapaboca y no acercarse a nadie que ingresara a la habitación, a efectos de prestarle atención, como ser médicos, personal de enfermería y personal de limpieza. El 4 de abril fue diagnosticado como positivo de coronavirus.
A la sala entraban por turno un médico, una enfermera y una limpiadora con la debida protección.
Teniendo el imputado conocimiento de su patología y los cuidados que debía mantener para evitar contagiar a otras personas, dice el parte, violó la cuarentena indicada en sendas oportunidades y además protagonizó el hecho reseñado el 5 de abril.
“Cuando la víctima de 19 años (que cumple funciones como personal de limpieza) ingresó a la habitación del imputado a efectos de realizar la limpieza, el imputado le refirió piropos, se ofreció a ayudarla a cargar los baldes, se acercó a la misma y a una distancia de aproximadamente menos de ‘dos pasos’, -y en reiteradas oportunidades- tosió varias veces hacia ella, a sabiendas y siendo consciente de que con la patología que padece su accionar era amenazante y ponía en alto riesgo de contagio a la víctima”, indica la Fiscalía.
Además de “someterla y obligarla a tolerar su accionar imprudente e intencional, provocó en la víctima miedo y mucha angustia, teniéndose presente el grave riesgo de contagio al que la sometió”. La joven es madre de una niña de 2 años y no cuenta con trabajo estable, ya que es suplente en la empresa de limpieza contratada por el hospital.
Las jerarcas del Hospital Departamental de Rivera relataron que el imputado “ha tenido desde que presentó los primeros síntomas de esta patología respiratoria una conducta transgresora, no respetando la cuarentena con aislamiento en domicilio, siendo reticente a las órdenes e indicaciones médicas y plenamente consciente de la patología que padece”. “Lo sabe, lo entiende, pero no le importa”, dijo la subdirectora.
Tras analizar las evidencias, fue formalizada la investigación respecto del imputado por la “comisión de reiterados delitos de desacato, uno de ellos en concurso formal con un delito de violencia privada en calidad de autor”.