Andrés Hoffer explicó que el aparato busca evitar que el diafragma se atrofie y el pulmón se vea dañado por el respirador.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) del gobierno de Estados Unidos autorizó en abril el sistema ideado por un científico uruguayo que busca salvar vidas de pacientes que están conectados a respiradores artificiales y bajar la presión que hay sobre esos equipos en este tiempo de pandemia.
Para conocer como funciona esta iniciativa, en la mañana de este jueves Emiliano Cotelo entrevistó al autor de este aparato, el doctor en biofísica Andrés Hoffer en el programa En Perspectiva de Radiomundo.
Hoffer, que reside en Canadá, explicó que luego de una década de investigaciones y ensayos se consiguió una autorización de emergencia, que permite por el tiempo que dure la pandemia del coronavirus aplicar el marcapasos pulmonar ideado por él en los hospitales norteamericanos.
“Es importante porque permite que se use el aparato cuando aún no tienen permiso para el uso en general. Está en proceso de validación clínica en más de 40 hospitales. Se había paralizado el estudio por la aparición del virus y mientras tanto se hizo el trámite con el FDA”, dijo el científico que especificó que no solo se puede usar en casos de pacientes con coronavirus, sino en todos las personas que están en estado crítico y con ventilación artificial.
Hoffer explicó que según un estudio reciente, en Nueva York el 88% de los pacientes con coronavirus que son conectados a ventiladores terminan falleciendo por la agresividad del virus.
“La fuerza del ventilador se distribuye mal. No es una distribución como la fisiológica que se produce con el respirar normal. Las partes superiores del pulmón reciben demasiada presión y otras partes no reciben suficiente aire y colapsan. El pulmón está mal usado”, dijo.
Por esto, este marcapasos pulmonar busca que el diafragma funcione en sintonía con el ventilador. “Cuando el respirador manda una bocanada de aire se estimula el diafragma para que descienda y chupe aire, lo que genera presión negativa y facilita la entrada de aire. Además, el ventilador no necesita poner tanta presión para darle el volumen de aire que se necesita. El daño que se le hace al pulmón también disminuye. Ya está comprobado que el diafragma no se atrofia, y ahora se está comprobando que el pulmón permanece en mejor estado”, explicó.
Consultado sobre si el marcapaso pulmonar puede transformarse en el sustituto de los respiradores, Hoffer dijo que en 10 años sí puede serlo. “Por ahora nadie se anima. Son pacientes que están al borde de la muerte y el standard hoy en dia es el ventilador. Entonces no lo cambian por que puede que no resulte. Pero en animales lo hemos hecho y es perfectamente factible”, señaló.
El doctor en biofísica dijo que no está al día si ya se está empleando la tecnología en los más de 20 hospitales norteamericano que tienen la equipación y el personal entrenado para usarlo por que aún no hay reportes, pero estima que en un mes se sabrá el uso que ha tenido.
“Creo que si se comprueba que ayuda habrá un nuevo ímpetu para la tecnología se propague. Creo que irónicamente puede ser que esta situación sea buena para esta tecnología. Hay una necesidad de encontrar una forma mejor de ayudar a los pacientes. Creo que el marcapasos es la forma lógica de hacerlo”, expresó.