Dos hijas de Diego Armando declararon como testigos ante la Fiscalía de San Isidro en la causa que investiga la muerte de su padre.
Gianinna y Jana Maradona, dos de las hijas de Diego Armando Maradona, declararon este viernes que su padre consumía alcohol y marihuana mientras residió en el country de la localidad bonaerense de Brandsen, previo a la operación por un hematoma en la cabeza, unos días antes de su muerte, informó la agencia argentina de noticias Telam en base a fuentes judiciales. Además, agregaron ante los fiscales que en Tigre, donde falleció, hubo “cero consumo”.
Gianinna, de 31 años, y Jana, de 24, se retiraron de la sede de Fiscalía sin sin responder preguntas a la prensa, pero el abogado Rodolfo Baqué, representante de la enfermera Dahiana Madrid, una de las imputadas en la causa, dio detalles de los testimonios que dieron ambas ante el equipo de fiscales. “Tanto Jana como Gianinna declararon sobre los días previos, arrancaron el relato ante la fiscalía de cómo fue la internación pero también hablaron de cómo fue la estancia de Maradona en Brandsen, de ahí hasta los últimos días”, dijo Baqué a la prensa.
El abogado realizó preguntas a ambas testigos, entre ellas “si lo había visto fumar a Maradona”, ante lo que Jana respondió que “lo vio fumar marihuana con Charly (Carlos Ibáñez) y que supuso que era marihuana por el olor”.
“Gianinna manifestó que le llamaba la atención porque no existirían alcohólicos de existir esa pastilla y que nunca le dijeron ni pudo saber cuál era el nombre de esa pastilla que le daban”, señaló sobre la declaración testimonial.
Por último, el abogado dijo que “los médicos estaban al tanto y todo el mundo en Brandsen sabía que Maradona consumía alcohol y marihuana, y que en Tigre (donde se encontraba cuando murió) hubo cero consumo de alcohol y de marihuana”.
Imputados
Esta semana se sumaron más imputados a la causa en la que se investiga si hubo mala praxis médica y si la muerte del exfutbolista se pudo haber evitado: el jefe de enfermeros Mariano Perroni (40), investigado como posible sospechoso de un “homicidio culposo”, y Nancy Forlini, la médica que coordinaba para la prepaga Swiss Medical la internación domiciliaria de Maradona.
Con Forlini y Perroni, ya son siete los imputados que hay en esta causa que tiene como principales sospechosos al neurocirujano Leopoldo Luque (39) y a la psiquiatra Agustina Cosachov (35).
Pero, además, se encuentran imputados el psicólogo Carlos Daniel “Charly” Díaz (29), la enfermera del turno mañana y tarde Dahiana Gisela Madrid (36), y el enfermero de la noche, Ricardo Omar Almirón (37).
Maradona murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa que su familia había alquilado en el barrio privado San Andrés, de Tigre, a dos semanas de que egresara de la Clínica Olivos, donde había sido sometido a una neurocirugía por un hematoma subdural en el cerebro.
La autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
De acuerdo con los resultados de los estudios toxicológicos realizados, Maradona no tenía alcohol ni drogas ilegales en su organismo, aunque sí detectaron psicofármacos.
El 8 de marzo comenzará en la Superintendencia de Policía Científica de La Plata la junta médica con la que los fiscales quieren determinar si hubo mala praxis médica y si la muerte del Maradona se pudo haber evitado.