El líder wilsonista murió en Pocitos y en casa de una vieja amiga, militante del Partido Nacional en el departamento de Treinta y Tres.
Tras el súbito e inesperado deceso del ministro Jorge Larrañaga, las redes sociales pasaron del estupor y el homenaje a las especulaciones acerca de las circunstancias del deceso.
A través de WhatsApp circularon archivos de audio con palabras de personas supuestamente cercanas a Larrañaga, grabaciones que pintaban cuadros variopintas acerca de cómo y dónde se había producido el óbito.
En las últimas horas, el periodista Leonardo Haberkorn aclaró la situación y publicó en el periódico la diaria un reportaje a María Cristina Cedrez, una abogada olimareña de 69 años en cuya residencia montevideana murió Larrañaga.
“Es verdad. Estaba en mi apartamento. Nosotros somos amigos desde hace mucho tiempo”, dijo Cedrez, quien explicó que el vínculo se produjo a través de un amigo en común,: Héctor Leis, quien fuera intendente de Lavalleja, fallecido en el año 1997.
Cedrez es suplente del directorio del Partido Nacional además de expresidenta de la Junta Departamental de Treinta y Tres.
La abogada confirmó su residencia en Torre Ellauri, el edifico donde se produjo la muerte de Larrañaga, y explicó que reparte su tiempo entre Montevideo y Treinta y Tres.
La mujer contó que se sábado, el ministro “había venido a charlar un rato. No fue la única vez ni mucho menos. Muchas veces conversábamos. Hablábamos de todo un poco. De lo único que no hablábamos era de turf, porque yo de caballos no entiendo nada”.
Luego, según el relato de Cedrez, Larrañaga experimentó un repentino malestar.
“Me dijo ‘me siento mal’ y me dio su teléfono para que llamara al chiquilín que le manejaba el auto, Carlitos. Yo lo llamé y le dije: ‘Jorge está horrible, se siente mal, mal’ y él llamó a todos”. Luego, cayó al suelo.
“Llegó primero Santiago González (el chofer) y después llegaron los médicos… A mí me pidieron que me encerrara en mi cuarto… y lo que pasó después ya no lo vi. Si lo hubiera visto no lo contaría tampoco”, concluyó Cedrez.