El uruguayo dejó entre lágrimas la Ciudad Deportiva culé, de donde retiró sus pertenencias. El viernes será presentado en el Atleti.
El pase de Luis Suárez al Atlético de Madrid es un hecho y pondrá fin al ciclo más importante de la carrera del goleador. A casi seis años de su debut con la camiseta blaugrana, tuvo que irse por la puerta de atrás por decisión del entrenador Ronald Koeman, quien hace un mes le comunicó que no iba a contar con él.
El goleador uruguayo siguió yendo a entrenar para no incumplir con su contrato, y hasta se manejó que pudiera llegar a quedarse si no se llegaba a un acuerdo para su salida. Incluso el propio Koeman llegó a decir que si no rescindía su vínculo, que estaba vigente hasta el 30de junio de 2021, iba a ser tratado como un jugador más del plantel.
Las señales del director técnico, con el aval de la directiva, fueron claras; no convocarlo para ninguno de los amistosos. Pese a todo, Suárez siguió concurriendo a la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí, de la que primero se retiró Ivan Rakitic y luego Arturo Vidal. Cual si fuera la casa de Gran Hermano, el siguiente al que le tocó armar las valijas fue, por fin, el salteño.
Suárez acudió al predio de entrenamiento de los culés este miércoles de mañana, retiró sus pertenencias, se despidió de sus compañeros y con un llanto contenido y evidente se marchó. Las cámaras televisivas llegaron a captar la imagen con muestras de lágrimas frescas en su rostro. Su mejor etapa como futbolista se cerró y este jueves se despedirá de los hinchas en una videoconferencia.
Lionel Messi ya extraña a su amigo y socio en el vestuario, y en el Atlético de Madrid de Diego Simeone lo esperan José María Giménez y compañía. El viernes quedará presentado como nuevo jugador colchonero.