Emmanuel Macron pretende incluir en los primeros puntos de la agenda del G20 el calentamiento global, algo que Trump intentará evitar.
El presidente Donald Trump impone el tono a la cumbre del G20, que inició este viernes en Buenos Aires bajo un clima de alta tensión con Rusia y la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China.
“Dialogar y dialogar es la forma de empujar los límites de la posible”, dijo el presidente argentino Mauricio Macri al inaugurar el foro que reúne a los líderes de las 20 países más potentes y emergentes del planeta.
Al ingresar a la reunión, el presidente ruso, Vladimir Putin, saludó con entusiasmo al príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, en el foco de la polémica por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Luego de que Trump anulara la cita que ambos habían fijado, Putin llegó con espíritu combativo a la cumbre -que finaliza el sábado- al denunciar las “prácticas viciosas” de las “sanciones unilaterales” y del proteccionismo comercial.
Al menos, en lo que se perfila como uno de los pocos momentos de consenso, Estados Unidos, México y Canadá firmaron un nuevo tratado de libre comercio tras meses de tensión, idas y venidas.
Bautizado T-MEC por los mexicanos, el pacto reemplaza al TLCAN que regía el comercio entre estos tres países desde 1994 y que fue derribado por Trump.
Pero aún debe obtener la anuencia parlamentaria de los tres países. En enero próximo la Cámara de Representantes pasará a manos de la oposición demócrata, mientras que los republicanos conservarán la mayoría en el Senado.
“Un disparate”
Para el presidente argentino el G20 será una oportunidad de mostrar al mundo la mejor cara de su país, con la esperanza de seducir a los inversores para que el dinero fluya a la debilitada economía argentina.
Pero las calles -blindadas por 24.000 efectivos de seguridad y con zonas vedadas a la circulación- pueden reservarle una sorpresa.
Decenas de organizaciones sociales que rechazan al G20 y en particular al Fondo Monetario Internacional, con el que el gobierno de Macri firmó un acuerdo de 56.000 millones de dólares para estabilizar el mercado cambiario, se preparan para movilizarse.
El centro de Buenos Aires, en los alrededores de la Casa Rosada (sede de gobierno), una zona de mucha actividad por concentrar oficinas y comercios, está cerrado al tránsito con vallados custodiados por policías. Solo circulan unos pocos peatones que van a trabajar, aunque hoy fue decretado feriado para limitar los desplazamientos.
“La cumbre me parece un disparate. Estamos mal ¿y tenemos que poner un montón de dinero para esto?”, comenta Agustina Vianello, de 25 años, al acudir a su trabajo en un call center.
Trump-Xi –
La reunión del sábado entre Trump y su homólogo chino Xi Jinping, será el punto cúlmine del primer G20 en América del Sur.
Gobiernos, mercados y empresas estarán pendientes de los resultados de este encuentro.
Pero ya Trump se mostró reticente a un acuerdo.
“Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China pero no sé si quiero hacerlo”, dijo Trump antes de iniciar su viaje.
Al exigir que Pekín ponga fin a prácticas comerciales, Trump impuso aranceles que alcanzaron 300.000 millones de dólares, incluyendo 250.000 millones de dólares sobre productos chinos, y afectaron a importaciones de acero y aluminio de otros países.
Y China no tardó en reaccionar con medidas recíprocas, lo que ha avivado la “guerra comercial” que los analistas temen pueda golpear la economía mundial.
Los anuncios contribuyeron a una caída de 7% promedio de las acciones en Estados Unidos y en la zona euro, y de 12% en el caso específico de la industria automotriz y del acero, según un estudio del Banco Central Europeo (BCE).
La próxima batería de aumentos está prevista para el primero de enero, cuando los aranceles de Estados Unidos a importaciones chinas por unos 200.000 millones de dólares podrían subir de 10% a 25% si los dos gigantes no llegan a un acuerdo.
No a Putin
Apenas antes de dejar Washington, Trump canceló su cita prevista en Argentina con su par ruso.
La decisión del mandatario se produjo tras el agravamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania, luego de que guardacostas rusos tomaran el control de tres buques de la Marina ucraniana en el mar Negro, cerca de la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, disparando contra ellos y dejando tres heridos entre los tripulantes.
La anulación ocurre en medio de la controversia en Estados Unidos por nuevas revelaciones en la investigación sobre una presunta injerencia de Rusia en la campaña presidencial estadounidense de 2016.
“Desgraciadamente, probablemente socava nuestra relación con Rusia”, declaró este viernes la vocera Sarah Sanders en un comunicado, al aludir a la investigación.
Desde Buenos Aires, el presidente estadounidense reiteró su inocencia en relación a un acuerdo inmobiliario con Moscú que ha formado parte de la investigación. “Caza de brujas”, tuiteó el mandatario.
La polémica está al rojo vivo luego de que su exabogado Michael Cohen se declarara culpable de mentir al Congreso sobre ese negocio de bienes raíces para limitar la pesquisa sobre la injerencia rusa en la campaña electoral.
Trump deberá también medir fuerzas con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pretende incluir en los primeros puntos de la agenda del G20 el calentamiento global, antes de la conferencia climática COP24 del 2 de diciembre en Polonia.
Pero Trump, quien no se cansa de poner en duda el cambio climático, retiró a su país de los acuerdos ambientales de París en junio de 2017, poco después de llegar a la Casa Blanca.
(AFP)