Ella vivía en la calle y manifestó su necesidad de empleo. A raíz de lo sucedido fue contactada para formar parte del equipo de CASMU.
Días atrás, Dani Alonso salía de trabajar en el Prado cuando pudo percibir una actitud sospechosa en un hombre que llamó su atención. “Cuando él miró para atrás, me di cuenta de que algo iba a hacer. Entré a correr y a correr hasta que vi que le apretó el cuello y se la llevaba”, relató a Subrayado.
Dani —quien ya vivió hechos de extrema violencia que, según dijo, nunca denunció— portaba una navaja que utilizó cerrada para golpear al atacante. Cuando el hombre soltó a la víctima, las dos lo persiguieron, lo filmaron y llamaron a la Policía, mientras que el victimario las amenazaba y les decía que, si se acercaban, las lastimaría.
Finalmente, el hombre fue condenado a 15 meses de prisión efectiva por privación de libertad, lesiones y simulación de delito.
Dani, de 23 años, manifestó la necesidad de conseguir un trabajo para salir de la calle. A veces se vuelve difícil porque, por ser una mujer trans, la discriminan, dijo al medio citado anteriormente.
Hoy, una usuaria de Twitter, compartió en la red su felicidad al enterarse que Dani comenzó a trabajar en el Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay (CASMU) y que “ya no ejercerá la prostitución como única salida laboral”.
“Fue muy bien recibida por sus compañeras de trabajo”, agregó.
“Me llena de orgullo haber luchado por la Ley Trans y la visibilización de un colectivo tan discriminado y postergado”, expresó.