La psicóloga Susana Quagliata dijo para nuestros colegas de Montevideo Portal que “los medios de comunicación cumplen un rol fundamental en lo que es la prevención”.
La noticia del suicidio de Santiago “Morro” García el pasado sábado conmocionó a la sociedad.
El distanciamiento físico, restricciones a la movilidad y cuarentenas en algunas partes del mundo tienen efectos en la salud mental de las personas.
El suicidio es un grave problema de salud pública rodeado de estigma, mitos y tabúes. Cada año cerca de 800.000 personas se quitan la vida a nivel mundial, lo que equivale a que a una persona muere por suicidio cada 40 segundos. En la región de las Américas, cada año se registran alrededor de 100.000 muertes prematuras por suicidio, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Sin embargo, el caso del “Morro” pone en tela de juicio cuál debe ser el rol de los medios de comunicación en estos casos, por qué este caso se informa y hay cientos de otros casos que no y por qué la prevención es el mensaje clave que deben dar los medios en estas situaciones.
En diálogo con Montevideo Portal, la psicóloga Susana Quagliata, que es asesora de la Comisión Nacional para la Prevención del Suicidio, explicó que es necesario “desarrollar políticas sociales de Estado para poner en primer lugar este tema”.
Quagliata cree que no fue correcto el énfasis que se hizo sobre el tema “en los medios de comunicación y los programas”.
La psicóloga señala que se centraron en “qué lo llevó a tomar esa decisión o decir que era ´un ser maravilloso, solidario y querido´”. “Eso me genera tristeza porque el suicidio es prevenible, eso lleva a que las personas pregunten por qué nadie lo ayudó”, comentó.
“La madre (de García) fue muy clara en cuanto a su percepción de qué era lo que había sucedido. En el interín de todo esto hay muchas personas en la situación de Santiago García, personas que están solas, que no pueden por la pandemia hacer muchas cosas. Hay personas que no tienen trabajo o para comer, personas que cursan una depresión y el sistema de salud ha dejado de lado otras enfermedades como la depresión”, agregó.
Sin embargo, Quagliata sostiene que “la depresión no es la única causa del suicidio de una persona, sino una de las puntas de las cuales hay que atender”.
“En este caso se trata de una persona que estaba sola, prisionera de una inestabilidad económica, lo cual él no sabía qué iba a ser de su vida y no estaba cerca de su familia. Pero estas cosas son las que llevan a una persona a suicidarse y repetirlo una y otra vez instala la percepción en el espectador de que se pueda sentir identificado con estas sensaciones”, añadió.
Por otro lado, la psicóloga considera que “no debe decirse el detalle de cómo fue el hecho”.
“Muchas personas se sienten identificadas con esta persona pública, pero doblemente. Por un lado, el hecho de que era ´buena persona´ o pensar que estoy viviendo lo mismo y no lo tolero más y pienso en que la salida que tengo sea la misma que la de él. Por otro lado, una persona que atraviesa las situaciones mencionadas al ver esto puede sentirse más indefensa”, agregó.
El rol de los medios al comunicar sobre la noticia
Quagliata sostuvo que “la comunicación de lo ocurrido el fin de semana fue excesiva”. “Creo que haber comunicado la noticia y replicarla indefinidamente sin la mirada que debe darse no colabora con la prevención”, aseguró.
“El afecto, el cuidado de la persona y demás era necesario antes. Los medios de comunicación cumplen un rol fundamental en lo que es la prevención. El suicidio debe prevenirse hablando de las cosas a las que se deben prestar atención”, añadió.
Además, la psicóloga explicó que “cuando la persona está en depresión no siempre aparece tirada en una cama, eso es algo que debemos desterrar”.
“La depresión tiene mil caras, puede ser una persona que es un líder y oculta cómo se siente. Eso muchas veces pasa porque no se siente comprendido por el entorno o contenido afectivamente por ese entorno (familia, lugar de trabajo o amigos)”, agregó.
En ese sentido, considera que “el entorno es un pilar fundamental que hacen que uno se pare en la vida y puede perderse. Entonces hay que estar alerta al aislamiento social, que no es lo mismo que la distancia física.
El aislamiento social implica romper vínculos, estar atentos cuando hay amenazas de ruptura de parejas, porque eso desencadena un montón de cosas que ya estaban, pero no es el único factor”.
“Vivimos en un país donde la violencia se hace cada vez más visible en todos los aspectos. Violencia social, estructural, en la pobreza, económica, institucional, femicidios, hijos que presencian estos actos o el suicidio de un familiar directo. Hay que estar alerta cuando se combinan estos temas con depresión, aislamiento, abandono”, añadió.
Quagliata señaló que “hay que estar alerta al entorno porque este es el que puede sacar a la persona de esa situación”.
“Muchas veces la persona dice que no tiene salida y es necesario abordar esos pensamientos ya que la solución no es la muerte. Ahí no hay un retorno. Quizás es algo que se puede resolver en otro tiempo, pero con ayuda de otro. Solo no se puede”, aseguró.
La necesidad de políticas de Estado
La psicóloga especializada en este tema explicó que “para dar lugar a estas situaciones se tienen que poner en primera línea de política de Estado”.
“Se mueren dos personas por día en Uruguay por suicidios, las cifras son mayores a los homicidios, sin embargo, esto queda invisibilizado”, aseguró.
En 2021 cuando se tomen las cifras va a haber un pico, eso lo puedo afirmar de acuerdo a lo que son las tendencias y los factores mundiales. Tienen que ver con la pandemia y la falta de empleo”, añadió.
Quagliata comentó que tras lo ocurrido este fin de semana “se registraron 72 llamadas telefónicas para consultas a través del 0800 0767”.
“A este teléfono pueden llamar los familiares o la persona que atraviesa esta situación. Si llama esa persona hay más posibilidad de sacarlo de esa situación, pero generalmente llaman familiares”, explicó e hizo énfasis en la importancia de llamar también a la línea del 911.
Quagliata señaló que “el hombre es más propenso al suicidio en Uruguay y también en el mundo, salvo en países del sudeste asiático donde la proporción es uno a uno”.
“Esto también ocurre en mujeres, por más que la estadística marca que por cada suicidio de una mujer hay cuatro hombres que se suicidan”, añadió.
Poblaciones de riesgo y cómo trabajar en la prevención
La psicóloga especializada en suicidios señaló que en nuestro país “tenemos tres poblaciones de riesgo fundamentales. Principalmente los adolescentes, adultos mayores y los hombres”.
Sobre los adolescentes Quagliata cree que “es fundamental que retomen sus clases y estén con sus pares. La presencialidad es muy necesaria pensando en la prevención”.
En el caso de los hombre, dijo que “hay que erradicar este mandato cultural de que no son sensibles y no pueden llorar y son los que tienen que cargar con toda la familia a cuestas o que cuando se quedan sin trabajo es catastrófico”.
Por otra parte, señaló que “los adultos mayores sufren por la soledad, pero no solo por la pandemia ya que es un tema que viene de antes. Uno de cada tres adultos mayores por lo general mueren por temas relacionados a suicidios”.
“Somos un país hecho de inmigrantes y emigrantes, se generan desgarros en las familias. Hay desestructuración de la llamada familia nuclear que prácticamente no existe. Hay mujeres jefas de hogar que en muchos casos hacen lo que pueden y muchos niños quedan desamparados por la violencia de género o doméstica”, aseguró la psicóloga.
“La violencia en todas sus expresiones es la principal causa de los suicidios en nuestro país”, agregó.
Quagliata explicó que “en países como Reino Unido se ha creado el Ministerio de Felicidad para prevenir la soledad, ya que este es un problema que no han podido erradicar y no es exclusivo en países en vías de desarrollo. Es una problemática que atraviesa al mundo mayormente a partir de la década del 90 y por los cambios que ha habido a nivel mundial”.
“El suicidio no es una solución a un problema, entonces hay abordar este tema desde el punto de vista interdisciplinario”, añadió.
La psicóloga señaló que “a veces sucede que no sabemos cómo hablar y qué hacer”.
“Las políticas públicas juegan un rol fundamental, porque si la población está informada y sabe lo que tiene que hacer, y el sistema puede responder, podemos disminuir lo que es la tendencia mundial”, concluyó.