La secretaría dice que no se respeta el bienestar del animal, y en el Parlamento ya hay tres proyectos de ley que buscan su prohibición.
La práctica de las carreras de galgos en nuestro país ha aumentado en los últimos años. En 2016 en Argentina se prohibió la práctica y, desde entonces, se han comenzado a instalar en el litoral de nuestro país varios “canódromos”, sobre todo en Río Negro, departamento que autorizó la instalación de esos predios por considerar las carreras como “legales”.
En los últimos días, según publicó el portal Ecos, la Secretaría Nacional de Deportes respondió a un pedido de información hecha por la Asociación por el Trato Ético Hacia los Animales, en la que se le consultaba la opinión del órgano sobre estas prácticas.
La respuesta expresa directamente que existen deportes que tienen la participación de animales, como los deportes ecuestres, en lo que se da un “binomio” (hombre-animal), y en los que el animal adquiere “casi la misma dimensión, cuidado y consideración” que el jinete con el que interactúa.
“Las llamadas carreras de galgos, las riñas de gallos o de perros no puede ser consideradas actividades deportivas y las condiciones donde esas actividades se desarrollan son distantes del respeto y cuidado de los animales involucrados”, agrega el texto, publicado por Ecos.
A esta altura, en el Parlamento existen tres proyectos de ley que buscan prohibir las carreras y que apuntan a tener una sanción penal, como ocurre en Argentina, para aquellos que organizan los eventos.
Uno de esos proyectos fue presentado por el diputado suplente del Partido Nacional Gastón Cossia, quien en diálogo con Montevideo Portal dijo que el informe de la SND lo dejó “muy satisfecho” porque tiene una buena base “técnica” y está “muy bien documentado”.
Cossia contó que presentó el proyecto después que desde la Cotryba (Comisión de Tenencia Responsable y Bienestar Animal) le rechazaran una denuncia, que había prsentado con el objetivo de comenzar a trabajar en la prohibición. Desde el organismo le explicaron que su postura es buscar una reglamentación de las carreras.
Según dijo, los países que han ido por la vía de la regulación de las carreras han tenido un “descontrol” de la población de esa raza de perros, ya que, después de que quedan “inutilizables” para las carreras son sacrificados, abandonados o dejados en mal estado, por la exigencia que requiere la carrera.
Después del Mundial, dijo Cossia, es previsible que se unifiquen los tres proyectos (los otros dos fueron presentados por el diputado colorado Walter Verri y por el diputado nacionalista Juan Carlos Cardoso) para darle más solidez al tema, que es tratado específicamente por la Comisión de Bienestar Animal de la Cámara de Diputados.
Justamente esa comisión recibió a Leonardo del Río, presidente de la Asociación de Criadores y Cuidadores de Galgos Puros de Carreras del Uruguay. Según la versión taquigráfica, reproducida por la diaria, Del Río sostuvo que no es razonable que se regulen las carreras de caballos y no la de los perros.
“Nosotros sabemos que la tenencia responsable y el bienestar de nuestros perros están en las mejores manos. No podemos entender que se discuta una actividad que hace ya unos cuantos años, más de 20, se realiza en Uruguay y ‘estalló’ justamente en Fray Bentos (…). Se ha dicho que los argentinos tienen mucha plata, tienen criaderos y matan un perro y traen otro. Podrán hacerlo en Argentina, acá no. En Uruguay, un perro greyhound, como cualquier raza de cualquier otro perro, vale 200, 300, 400 o 500 dólares. ¿Ustedes creen que podemos gastar 500 dólares todos los meses para luego sacrificar a ese animal? Nos hace sentir horrible; nos han tratado de asesinos, de crueles con los animales, cuando no es así”, comentó.
Del Río aseguró que en todos los canódromos existen servicios veterinarios, a pedido de la Cotryba, y reiteró que los animales no son “ni asesinados ni maltratados”, y que las carreras con un “deporte como cualquiera”.
“Les pido sentido común; un perro greyhound de carrera tiene que tener un mantenimiento, buena alimentación, buen entrenamiento físico, para que no sufra lesiones. Este es un deporte más, como tantos”, agregó, y sentenció que, además de ser perros de carreras, los galgos son sus “mascotas”. “Los compramos con tres o cuatro meses y los criamos hasta los diez o 12 años; su vida útil como deportistas es de cuatro o cinco años, luego se retiran y quedan como mascotas”, finalizó.
Cossia criticó que desde que presentó su proyecto en 2016 no se han presentado ante la comisión parlamentaria “ningún proyecto” para regular la actividad, a pesar de que la Cotryba va en ese camino.