Dijo que en el caso del ex jefe de seguridad presidencial “claramente hay indicios de abuso de funciones y de tráfico de influencias”.
La senadora nacionalista Graciela Bianchi fue consultada este lunes por la investigación sobre el ex jefe de la custodia presidencial Alejandro Astesiano, y respondió “que se trata de una situación gravísima”.
Entrevistada en Las cosas en su sitio de radio Sarandí, Bianchi dijo que la corrupción “es un problema de la naturaleza humana” y que “nadie se baña en agua bendita”, pero que no se debe permitir que se convierta en un “problema estructural” dentro de un Estado, “como pasa en Argentina”.
Además, la senadora expresó que, en su caso, no es “nada condescendiente” dentro de la coalición gobernante: “Miren que a mí me llaman ‘la madre superiora’, o ‘la intensa Graciela’, y no por casualidad. Hay que aguantarme a mí dentro del oficialismo. Estoy permanentemente llamando la atención sobre muchas cosas”, aclaró, y agregó que, en el caso Astesiano, hay que esperar que aparezcan “pruebas fehacientes” y que el problema es que “tenemos un Código de Proceso Penal muy defectuoso”.
Asimismo, aseguró que Presidencia no debería haber aceptado a una persona con antecedentes para integrar la custodia del mandatario y que “claramente hay indicios de abuso de funciones y tráfico de influencias” en este caso judicial.
También añadió: “Yo no lo quisiera tener 10 minutos adelante a Astesiano; aparte, yo sé cómo pegarle a un hombre”.
“Si lo vi más de tres veces en mi vida es mucho”, dijo sobre su conocimiento del exjefe de la custodia presidencial. “Específicamente, me quedó grabada su cara de patovica. Lo vi en un acto antes de la asunción presidencial”, detalló.
Luis y una novela
Bianchi entiende que en este caso “se está haciendo una novela mucho más grande de lo que es”, y adjudica responsabilidades a “la oposición”, “medios de comunicación” y “operadores políticos”.
Además, expresó que siente “angustia por el país” y que lo que más le preocupa es el presidente: “Luis es muy cercano a la gente, a veces demasiado. Por eso a veces sus dichos pueden tomarse a confusión. No es el momento en que tiene que hablar. Debe permanecer callado, hasta que aparezcan pruebas del caso”, señaló. “Asumió un gobierno muy complicado que tiene que lidiar con una oposición sumamente complicada y, además, tuvo problemas personales que todos conocemos; encima lo traicionaron”, concluyó.