El presidente fue investido ante la Asamblea General, donde también envió señales de diálogo a la oposición política.
Luego de asumir el compromiso de honor para tomar el cargo de presidente de la República, Yamandú Orsi dio su primer discurso como nuevo jefe de Estado. Ante la Asamblea General, el frenteamplista esbozó en 25 minutos los principales lineamientos y compromisos que pretende darle a su gestión.
Desde las reglas que seguirá para el manejo de la economía, la lucha contra la delincuencia, las políticas para combatir la pobreza y la búsqueda de los desparecidos en dictadura, el nuevo presidente realizó un conjunto de compromisos, al tiempo que también envió señales de diálogo para la oposición política.
Al abrir su oratoria, Orsi destacó los 40 años de democracia. Allí, al referirse a la dictadura, dijo que “hay secuelas de ese período que continúan hasta hoy”. “Por eso, es tan justo como imprescindible mantener intacto el compromiso con la libertad, la verdad y la justicia”, señaló de inmediato, generando aplausos de gran parte de los presentes.
El compromiso con la búsqueda de los desaparecidos fue un tema que abordó otra vez sobre el final de sus palabras. “La democracia gozará de una mejor salud el día que todas las familias uruguayas sepan dónde están sus familiares desaparecidos”, dijo Orsi en ese momento, y volvió a ser aplaudido.
Otra de las señales que dio el nuevo presidente a modo de compromiso fue la de reafirmar la seguridad jurídica de Uruguay y la estabilidad macroeconómica. “La acumulación positiva ha permitido también que Uruguay sea un país de reglas estables, donde los contratos se cumplen, donde el Estado honra sus compromisos, donde la estabilidad macroeconómica es una política de Estado”, dijo al respecto.
“Podremos discrepar en los instrumentos para lograr un mayor reparto de los frutos del trabajo nacional, una política muy relevante para nosotros, pero no vamos a ignorar las reglas de funcionamiento de la economía que Uruguay mantiene desde su restauración democrática”, completó.
Asimismo, el nuevo presidente prometió “un piso salarial honesto” y más adelante señaló que “se vuelve imperioso colocar todo el peso del Estado en combatir afrentas dolorosas” que enfrenta la sociedad, donde ubicó pobreza infantil como la primera de ellas. En particular, prometió el sustento para las mujeres jefas de hogar.
Sobre la seguridad pública, dijo que “no habrá contemplación alguna con el delito ni con la represión del delito” y que “sigue intacto” el compromiso “con la lucha frontal contra el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de activos”. Sin embargo, advirtió: “Bien sabemos que la solución será insuficiente —y hasta demagógica— si no atendemos decididamente las múltiples causantes de la violencia”.
El discurso de Orsi también tuvo varios momentos en los que envió mensajes a la oposición política.
Orsi ofreció “mucho diálogo” y “mucha mano tendida” para lograr los compromisos asumidos. “No llegamos al gobierno con la lógica de imponer. Personalmente me rebelo contra ese supuesto país de las dos mitades, donde la mitad que gana recurre al orden y mando, y la otra mitad debe estar poco menos que condenada a obedecer bajo protesta. Sepan que nunca supe llevarme muy bien con los muros, tampoco con los ideológicos”, sostuvo. En otro pasaje de su discurso, al referirse a los otros partidos del sistema político uruguayo, dijo: “Seamos siempre adversarios, pero nunca enemigos”.
La convivencia política y democrática fue, también, el tema que eligió para cerrar su oratoria.
“Larga vida a la República, larga vida a la democracia, larga vida a los partidos políticos que garantizan el pluralismo y la libertad. Que nuestro país sea un faro de convivencia, de respeto y de desarrollo para todos los uruguayos y uruguayas”, afirmó al finalizar.