Una técnica simple permite sacarle partido al equipo de refrigeración y ahorrar unos cuantos pesos en la factura.

Cuando el calor aprieta y el presupuesto también, es crucial encontrar la manera de mantener la casa refrigerada sin que luego la cuenta de la luz lo deje a uno con una calentura superlativa.

Para lograrlo, conviene tener en cuenta la sugerencia del argentino Salvador Gil, doctor en Física y experto en eficiencia energética, quien conoce al dedillo el funcionamiento de los equipos de climatización.

Un aparato de aire acondicionado puede incrementar hasta un 40% su consumo por cada grado que uno le baja al termostato. Por ello, por más que el impulso al llegar a casa sea llevarlo casi al cero absoluto, conviene buscar temperaturas de confort en torno a los 24 grados.

Sin embargo, Gil describe una técnica simple que permite graduar el aparato a 27 grados y lograr que en la estancia en cuestión la sensación sea de 22 grados.

“Si se cuenta con un aire acondicionado, un buen truco es ajustar la temperatura para que enfríe menos y utilizar ventiladores en conjunto”, propone Gil, que dirige la carrera de Ingeniería en Energía de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

“Hacer esto podría reducir significativamente la factura de electricidad sin comprometer el confort”, añade el experto en un artículo publicado por el matutino porteño Clarín.

Esto ocurre porque, si bien los ventiladores no enfrían el aire, generan una brisa fresca que acelera la evaporación de la transpiración y logran reducir hasta 5 grados la sensación térmica en el lugar. Por ello, si se los enciende junto al aire acondicionado, le restan unos cuantos grados a la temperatura lograda por estos.

Y lo mejor de todo esto es que los ventiladores logran este trabajo con un consumo muy por debajo del del aparato de aire acondicionado.

De acuerdo con los datos del ente regulador argentino, un ventilador de techo consume solo 60 watts hora (Wh) y uno de pie 90 Wh. El número resulta irrisorio si se tiene en cuenta que un aire acondicionado de 2.200 frigorías puede gastar 1.013 Wh, uno de 3.500 frigorías 1.613 Wh y uno de 4.500 frigorías 2.153 Wh; y si son modelos inverter, 658 Wh, 1.048 Wh y 1.365 Wh respectivamente.

Además, el ventilador ayudará a distribuir mejor el aire frío que emite el otro artefacto, evitando que queden puntos calientes en la habitación y maximizando la eficiencia.