La parte superior del propulsor no logró volver a encender su motor como estaba planeado y fue destruida, indicó Elon Musk.

Las autoridades de Estados Unidos (EE. UU.) y SpaceX investigan un fallo de uno de sus cohetes Falcon 9 durante un vuelo de la red de internet Starlink, lanzado desde California, y que terminó con la explosión de la segunda etapa de este y la dispersión de la carga.

La misión Starlink Group 9-3, que transportaba 20 satélites con destino a la órbita terrestre baja, fue lanzada la noche del jueves desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg.

La investigación probablemente retrasará los lanzamientos planificados en las próximas semanas, incluidas dos misiones tripuladas: la privada Polaris Dawn y la Crew-9 de la NASA.

Según SpaceX, la etapa inferior del cohete o propulsor funcionó como se esperaba antes de regresar a tierra. Sin embargo, la segunda etapa superior del cohete no logró volver a encender su motor como estaba planeado y fue destruida, confirmó Elon Musk, su fundador.

“El reinicio de la etapa superior para elevar el perigeo resultó en un RUD (desmontaje rápido no programado) del motor por razones actualmente desconocidas”, escribió Musk en las redes sociales.

RUD es un término que utiliza SpaceX para referirse a un evento explosivo o destructivo.

Según SpaceX, el motor de la segunda etapa no completó su segundo encendido y los satélites Starlink “se desplegaron en una órbita más baja de lo previsto”.

Se trata del lanzamiento número 69 del Falcon 9 de este año.

SpaceX detalló que hizo contacto con cinco de los satélites hasta ahora y está intentando elevar su órbita utilizando sus propulsores de iones.

El Falcon 9 está en tierra hasta que la Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés) apruebe la investigación del incidente por parte de SpaceX, confirmó el regulador federal.

“La FAA estará involucrada en cada paso del proceso de investigación y debe aprobar el informe final de SpaceX, incluidas las acciones correctivas”, dijo la agencia a CNBC.