UNA EMPRESA CENTENARIA EN EL LITORAL

Política del “cero kilo” hizo que menguaran las frecuencias.

Los altos impuestos que tiene la única empresa fluvial que se encarga del transporte de pasajeros entre Salto y Concordia a través del Río Uruguay, y los perjuicios que ocasionó la medida “cero kilo” implementada por la Aduana uruguaya, ponen en juego la continuidad de esta histórica y tradicional línea de interconexión con Argentina, que se remonta prácticamente a las fundaciones de sus pueblos.

Desde hace un tiempo, la empresa uruguaya ha tenido que reducir las frecuencias diarias del servicio y en el caso de Argentina, la empresa que cubría el trayecto desde Concordia a Salto dejó de funcionar, por lo que el servicio lo cumplen solamente lanchas de bandera uruguaya.

El principal representante de la empresa, Demetrio Sancristóbal, responsabilizó a las medidas aduaneras por la caída de la venta de pasajes y el desinterés de los usuarios del servicio.

“Cortaron por lo más fino, que fue el de impedir que la gente pobre fuera a llenar el bolso con comestibles al otro lado del río —como siempre ocurrió—, mientras que en las camionetas 4×4 que pasan por el puente de Salto Grande no se ve lo que ingresa de la Argentina”, dijo el empresario. Y agregó: “Somos una empresa que cumplimos un servicio social, y no de ahora. Esto viene de la época de mi bisabuelo que la fundó en 1912”.

Sancristóbal describió los distintos impuestos que demandan un desembolso anual de $ 66.000 a Prefectura; otros $ 11.000 mensuales para el BPS; 128 dólares para el Banco de Seguros; $ 4.500 para Migración, más otro canon que es de $ 128 por viaje.

“Dejamos de cumplir con los servicios los sábados, domingos y feriados porque es imposible pagar más impuestos”, acoto.

Sancristóbal señaló que movilizar la embarcación para cubrir la línea entre los puertos de ambas ciudades del litoral le implica el consumo de 25 litros de gas oil. “Hay días que no desquitamos ni el combustible pero tenemos que ir porque hay personas que trabajan del otro lado y no tienen otro medio de transporte, o turistas que quieren utilizar este medio por placer”, indicó.

El propietario de la empresa fluvial explicó que si no fuera por ese servicio de pasajeros, el puerto local no tendría ninguna otra actividad, a pesar de que la Administración Nacional de Puertos ha realizado inversiones para su recuperación y la de su entorno, apostando a brindar un atractivo turístico. “Si no tenemos un apoyo, o si no nos quitan algunos impuestos del servicio de lanchas no vamos a poder seguir funcionando”, expresó Sancristóbal.

Por día llevaban 5.000 personas

Sancristóbal recordó que en la época de 1985, la empresa llegaba a trasladar hacia Concordia hasta 5.000 personas por día. “Cuando a los uruguayos les convenía el precio de la canasta familiar en Argentina, iban hasta allá y cuando se daba vuelta la tortilla venían ellos para acá. Con esto se está castigando a los más humildes” , opinó.

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