Se trata de un hombre de 31 años que se encontraba internado en el Centro Nacional de Quemados desde el pasado 28 de diciembre.
Este martes, la Policía dio a conocer que falleció otra de las personas privadas de libertad víctima del incendio en una celda de la unidad 4 de la cárcel de Santiago Vázquez (ex Comcar), ocurrido el 28 de diciembre de 2023 e iniciado por otros reclusos.
El hombre, de 31 años, estaba internado en el Centro Nacional de Quemados (Cenaque). En total, son cinco las víctimas fatales, dos continúan internadas y uno de ellos ya fue dado de alta.
El director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Luis Mendoza, había dado detalles del incendio en conferencia de prensa la semana pasada.
El jerarca policial señaló que el hecho sucedió en la celda 49 del sector B-0 del módulo 4 y que “no se puede hablar de motín”, sino que fue “un incidente puntual”. “Fue un atentado”, agregó Mendoza.
Comentó que, por detrás del edificio, se acercaron a la ventana de la celda 49 reclusos de otro sector, pidieron a los que la habitaban “que les dieran un teléfono” y, ante la negativa, lanzaron el material incendiario que dio origen al foco ígneo.
Mendoza explicó que se trató de una “lamparita” modificada, a la que le sacaron “la parte de atrás” y le pusieron “líquido inflamable”.
“La lanzaron, a posteriori con una botellita rociaron [más combustible] y después con una lanza, que es un palo con una punta, tenían [en el extremo] un pedazo de polifón de colchón con fuego. Ahí prendieron el líquido inflamable y se produjo un incendio”, señaló el director del INR. Sobre la punta y la lanza, dijo que se trató de objetos que no se lograron requisar en un operativo que antecedió a este hecho, en el que sí se obtuvieron otras armas hechas por los reclusos.
“Fueron directamente a esta celda, por lo cual nuestra hipótesis de trabajo es que ellos tenían un problema” con los habitantes de la celda incendiada, señaló Mendoza.
El director del INR contó que los internos de la celda prendida fuego, “con la desesperación” ante las llamas, “rompieron parte de la pared” y se lograron meter, “ayudados por los vecinos” de la prisión contigua, la nº 50.
“Ese pasaje de una celda a la otra, protegiendo su vida, fue fundamental para que no afectara a todas las celdas. Tuvieron una válvula de escape al hacer un hueco y pasar con la ayuda de los vecinos”, insistió, y señaló que, cuando los operadores carcelarios hablaron con los reclusos, luego de haber visto el humo, estos les dijeron: “Somos ocho, somos seis acá [en la celda aledaña]; dos compañeros quedaron adentro”.
“El oficial y el personal que estaba fueron rápidamente a buscar máscaras para ingresar en la celda, debido al gran humo que había. Ese humo es tóxico para las vías respiratorias. Entraron y encontraron dos internos, uno en el baño y otro en el dormitorio, junto a la cama, los cuales no sabían si tenían signos de vida. Ante la duda, los policías los llevaron de forma inmediata a la Enfermería, a la cual llegaron sin vida. Todo el sector fue retirado para el salón de visitas debido a la gran concentración de humo”, agregó Mendoza.