Estos talleres se visualizaron no solo como una herramienta para generar ingresos mediante la capacitación en costura, sino también como un espacio de convivencia para las mujeres. Durante las sesiones, se compartieron experiencias personales y conocimientos, enriqueciendo el aprendizaje y fortaleciendo los lazos comunitarios.
María Noel Rodríguez, del área de Presupuesto Participativo del departamento de Desarrollo Social, señaló: “Los talleres persiguen varios objetivos, incluyendo la capacitación con miras a la inclusión laboral. Estamos de acuerdo en eso, pero también se busca proporcionar un espacio de diálogo, contención y compartición. La población beneficiaria, en su mayoría, ha abandonado la formación curricular por diversas razones. El regreso a clases, escuchar, tomar apuntes, hacer preguntas, cometer errores y volver a intentarlo rompe con el estigma de ser solo receptores de conocimiento. Es la búsqueda activa de conocimiento para aplicarlo posteriormente en sus hogares, barrios o talleres propios o ajenos, contribuyendo desde lo técnico y lo capacitado. Además, estamos proyectando otros cursos, como los ofrecidos por INEFOP, brindando la oportunidad a las participantes de esta experiencia de seguir sumando conocimientos y continuar integrándose activamente”.