Entre los fallecidos hay 14 estudiantes y un profesor. El atacante tenía 18 años, era estadounidense y asistía al centro educativo.
Al menos 16 personas murieron este martes, entre ellas 14 estudiantes y un profesor, en un tiroteo en una escuela de la localidad de Uvalde (Texas, EE. UU.), donde el atacante fue abatido más tarde por la policía.
Según los datos ofrecidos por las autoridades, el agresor, identificado como Salvador Romas, de 18 años, irrumpió con un arma de mano, y posiblemente con un rifle, sobre las 11.37 hora local (16.37 hora GMT) en el centro Robb Elementary School de Uvalde, a unas 83 millas (133 kilómetros) de San Antonio.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, explicó en una rueda de prensa que Romas, residente en Uvalde, dejó su vehículo fuera de la escuela y ya dentro “disparó y mató de manera horrible e incomprensiblemente a 14 estudiantes y a un profesor”.
Poco después, el agresor fue abatido por los agentes de policía que acudieron al lugar de los hechos, agregó Abbott.
El centro sanitario Uvalde Memorial Hospital apuntó en un comunicado en Facebook que hay trece heridos que han sido trasladados a sus instalaciones en ambulancias o autobuses, mientras que dos de las víctimas mortales ya habían fallecido a su llegada al hospital.
Otro centro médico, University Health, tuiteó que está atendiendo a dos pacientes heridos por los disparos en ese colegio, una mujer de 66 años y una niña de 10 años, que se encuentran en estado grave.
Abbott añadió en su comparecencia ante los medios que hay informaciones de que el presunto autor del tiroteo habría disparado contra su abuela antes de ir al colegio.
El responsable político afirmó que, de acuerdo con los datos de que dispone, Romas era estadounidense y estudiante del instituto de secundaria de Uvalde.
Por su parte, el jefe de Policía del Distrito Escolar de Uvalde, Pete Arredondo, dijo en otra rueda de prensa que en este punto de la investigación creen que Romas actuó solo en este crimen “atroz”.
Arredondo precisó que en Robb Elementary School estudian menores de entre 7 y 10 años.
El diario The New York Times, que ha consultado los registros del centro educativo, señaló que el 90 % del alumnado es latino, mientras que la mayor parte del 10 % restante es blanco.
La Casa Blanca no tardó en reaccionar y su portavoz, Karine Jean-Pierre, tuiteó que el presidente del país, Joe Biden, ha sido informado de “la noticia horrible de un tiroteo de una escuela primaria en Texas”.
El mandatario “continuará siendo informado de manera regular conforme la información vaya siendo disponible”, apuntó Jean-Pierre.
Está previsto que Biden pronuncie más tarde un discurso a la nación.
Entretanto, el presidente ordenó que las banderas del país ondeen a media asta en la Casa Blanca y en todos los edificios federales, instalaciones militares y buques de guerra hasta la puesta de sol del próximo 28 de mayo.
En un comunicado, Biden anunció que tomó esta decisión como “muestra de respeto por las víctimas de los actos de violencia sin sentido perpetrados el 24 de mayo de 2022” por una persona que abrió fuego en Robb Elementary School.
La vicepresidenta Kamala Harris, por su parte, realizó una intervención durante la gala anual del Instituto Estadounidense del Pacífico Asiático para Estudios del Congreso. “Basta ya, como nación debemos tener el coraje de actuar y comprender el nexo de lo que constituye una política pública razonable y sensata”, manifestó, visiblemente afectada.
Se trata del tiroteo más letal en EE. UU. en lo que va de 2022 y ocurrió 10 días después de que 10 personas fallecieran por disparos en un supermercado en Búfalo (Nueva York) en un ataque con motivaciones racistas.
El de este martes es el tercer tiroteo en un centro escolar más mortífero de la última década, después del ocurrido en 2012 en la escuela de Sandy Hook en Newton (Connecticut), donde 26 personas murieron, y el de 2018 en el instituto secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida), donde hubo 17 fallecidos.
Se da la circunstancia de que el republicano Abbott es una firme defensor de las armas de fuego y en 2021 firmó una serie de leyes estatales que convirtieron a Texas en un “santuario” para este tipo de armamento.