La LUC es una ley que se armó de espaldas a los uruguayos: cuando la prioridad de la gente era la pandemia. Una ley que se impulsó mientras tantos uruguayos perdían su trabajo, quedaban sin su techo y otros se enfermaban de Covid.
Es una ley que generó escasa participación en su discusión: al ser declarada de urgente consideración (artículo 168 de la Constitución), la Cámara de Diputados tuvo 45 días para discutirla y el Senado 30 días.
Escaso tiempo para que las instituciones, las organizaciones sociales y la ciudadanía en general, pudiera dar su punto de vista en el tratamiento parlamentario.
Es una ley que profundiza la grieta y la división.
Una ley “tren” que contiene tantos temas y tan variados que no permitió su discusión en profundidad además de que muchos no eran urgentes.
Una ley que al ser declarada urgente y en plena pandemia, escondió buena parte de su contenido.