Lo más probable es que se radique en el exterior; el jueves quedará libre

En sus salidas transitorias de la cárcel de Campanero, en Lavalleja, Pablo Goncálvez se dirigía a la ciudad de Minas y acostumbraba tomarse un café en un restaurante céntrico mientras esperaba a sus familiares. A poca distancia, policías del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) seguían sus pasos atentos a dos cosas: que Goncálvez no cometiera otro delito o que no hubiera un atentado contra su vida. “Nunca pasó nada. Él salió con libertad transitoria durante tres años. Para nosotros es casi improbable que cometa otro crimen”, relató  un jerarca del INR.

En ocasiones, Goncálvez salía solo de la cárcel de Campanero y recorría sin problemas los tres kilómetros hasta el centro de la capital minuana.

“Jamás tuvo problema alguno. Nadie lo reconoció”, dijo  una fuente del entorno de Goncálvez.

También caminó por las calles de Montevideo acompañado por su madre. Tampoco nadie lo reconoció.

Goncálvez fue detenido y enjuiciado en 1993 por los homicidios de Ana Luisa Miller, Andrea Castro y María Victoria Williams. Por los tres asesinatos fue condenado a 30 años de prisión, el máximo que prevé la legislación uruguaya. Sin embargo, su abogado defensor consiguió que le dieran libertad transitoria a partir de 2013.

El jueves 23 Goncálvez saldrá libre. Se ahorró siete años de cárcel por estudios y buena conducta.

Por el momento, ninguna fuerza policial tiene una directiva expresa del Ministerio del Interior de realizarle un seguimiento estricto a Goncálvez cuando salga en libertad. Su condición es la de un hombre libre que purgó su pena, dijo un jerarca policial.

Otro director de una unidad especializada de investigación de la Policía advirtió que no correspondía que efectivos siguieran a Goncálvez sin una orden judicial, y señaló que si esto se hacía, los mismos podrían incurrir en un delito de pesquisa.

La gran pregunta es si Goncálvez se rehabilitó o no durante los 23 años y cuatro meses que estuvo recluido en varias cárceles.

La psiquiatra Ximena Ribas dijo a El País que analizó el caso leyendo expedientes y dictámenes de sus colegas. “Si el diagnóstico (de Goncálvez) es trastorno de personalidad antisocial, esa es una condición estable. Se trata de una estructuración patológica de la personalidad”, sostuvo la facultativa.

Ribas explicó que una condición estable significa que la patología de Goncálvez nunca cambiará. “La va a tener para toda la vida”, agregó.

En ningún momento Goncálvez manifestó su arrepen- timiento, según indicaron a El País fuentes del caso.

Psiquiatras consultados por El País coincidieron en que el suyo es un caso crónico y que se necesita la voluntad de la persona para que los tratamientos sean efectivos.

Preguntado el psiquiatra forense Yamandú Martínez si ello significaba que Goncálvez volverá a cometer un crimen, respondió: “Es poco probable”.

Goncálvez fue enjuiciado en 1993 como una persona responsable de sus actos y no como inimputable. “Se trata de una persona normal. La Justicia le indicó una pena y la cumplió. Tiene derecho a la libertad porque las personas normales se presumen redimibles”, dijo una fuente del caso.

Descartó que Goncálvez resida en Salto cuando salga en libertad dentro de cinco días. “Puede residir en varias partes de Uruguay. Pero lo más probable es que se vaya al exterior”, agregó la fuente.

Informes.

El 15 de agosto de 2012, la Suprema Corte de Justicia negó el pedido de libertad anticipada de Goncálvez. “Los ministros consideraron que esto resulta imposible porque no existen signos manifiestos de rehabilitación. La decisión fue en base a informes de psiquiatra, juez y fiscal de Corte, a pesar de que Goncálvez ya cumplió dos tercios de la pena”, señaló un comunicado del máximo órgano judicial.

El fiscal de Corte, Jorge Díaz recibió informes de peritos del Instituto de Criminología, quienes advirtieron que debido a los entonces 19 años de reclusión que llevaba Goncálvez carecía de “roce social”. Luego de juzgar estos elementos, Díaz elevó su dictamen contrario a la libertad anticipada a la Corte.

Atendió la biblioteca y dio clases a otros presos

Durante su reclusión en el sistema penal, Pablo Goncálvez estuvo en el Penal de Libertad donde trabajó en el taller de mecánica. En su estadía en Cárcel Central, Goncálvez se casó con una vecina del barrio Carrasco y tuvo una hija. Luego se divorció. Estaba recluido en una celda doble en el cuarto piso de ese establecimiento y disponía de algunas comodidades básicas, en razón de su estado de salud. Goncálvez trabajaba como bibliotecólogo de la cárcel. En agosto de 2013 pasó a la cárcel de Campanero (Lavalleja) donde dio clases de inglés a reclusos y trabajó en varios oficios.

Mujeres de Negro quieren una foto y saber si está rehabilitado

La organización Mujeres de Negro exige saber “cuál es la rehabilitación” que ha tenido el múltiple asesino Pablo Goncálvez, “y si verdaderamente está apto para vivir en la sociedad”.

Jenny Escobar, coordinadora de Mujeres de Negro, dijo en declaraciones a Su-brayado que desde la organización solicitan difundir una foto actual de Goncálvez. “Nosotras no solamente queremos saber cómo es Goncálvez ahora, sino que también queremos saber cuál es la rehabilitación que él ha tenido y si verdaderamente está apto para vivir en la sociedad rodeado de mujeres, niñas, hombres”, dijo Escobar. “Queremos tener una foto de Goncálvez y una foto de cada uno de los convictos por violencia machista”, agregó. Además, dijo que aunque no es especialista en el tema, tiene “idea de que un psicópata no tiene arreglo. Queremos tener una foto de Goncálvez y una foto de cada uno de los convictos por violencia machista”.

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