De esta forma, las autoridades matan dos pájaros de un tiro: castigan a los infractores y sobrellevan la escasez de sepultureros.
Las autoridades locales ordenaron a ocho personas en la región de Gresik, en Java Oriental, a cavar tumbas para personas fallecidas por COVID-19, como castigo por no usar mascarillas en lugares públicos.
Suyono, gobernador del distrito de Cerme, dijo a medios locales que castigó a los residentes que no usaban mascarillas haciéndoles cavar tumbas en un cementerio público en la aldea de Ngabetan.
“Solo hay tres enterradores disponibles en este momento, así que pensé que podría poner a estas personas a trabajar con ellos”, dijo Suyono, según recoge Tribune News. El funcionario, quien detalló que el castigo consiste en cavar las tumbas, pero los penados no están obligados a asistir ni colaborar en los entierros.
Para ayudar a los sepultureros, Suyono asignó dos infractores por cada tumba. Uno tiene la tarea de cavar el foso, mientras que el otro coloca tablas de madera dentro del agujero para sostener el cadáver.
“Con suerte, esto puede crear un efecto disuasorio contra las violaciones”, dijo Suyono.
El funcionario contó que la cifra de casos de COVID-19 va en aumento en Cerme, lo que llevó a la administración de la aldea a fortalecer los protocolos sanitarios. La ley vigente castiga los que violen los protocolos con multas o servicio comunitario como castigo.
El comisario Nur Amin, jefe de policía del distrito, dijo que la fuerza policial coopera con el ejército para hacer cumplir los protocolos, por ejemplo, dispersando las reuniones públicas.
“Instamos al público a usar cubrebocas, tal como lo establecen los protocolos de salud contra el COVID-19”, dijo en declaraciones publicadas por el periódico Jakarta Post.