EL ARREPENTIDO
Uruguay involucrado en las maniobras; controles del aeropuerto de Melilla en tela de juicio.
La justicia argentina imputó ayer por lavado de activos a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, en el marco de la causa denominada “ruta del dinero K”, la que implica presuntas maniobras por las que se habría utilizado a Uruguay para la compra de inmuebles, el uso de sociedades anónimas para girar dinero al exterior y el envío en avión de bolsos con millones de dólares en efectivo que habrían bajado en el aeropuerto de Melilla. Según se dijo a El País desde el sindicato de Aduaneros, en esta terminal portuaria los controles distan de ser los adecuados. Un informe del Ministerio de Industria, además, da cuenta del abandono de dicha terminal internacional.
Por la misma causa que se sigue en Argentina se encuentra detenido desde la semana pasada el empresario Lázaro Báez, amigo y presunto socio del expresidente Néstor Kirchner, quien se habría encargado del manejo de cientos de millones de dólares producto de delitos de corrupción y defraudación tributaria.
Uruguay clave.
La decisión de imputar a Cristina Fernández por parte del fiscal Guillermo Marijuan surgió tras la declaración el viernes y durante 11 horas del financista Leonardo Fariña, quien se acogió a la figura de arrepentido para mejorar su condición legal ya que se encuentra preso desde 2014. Según los medios argentinos, Fariña no solo ratificó que el entorno del kirchnerismo envió en avión a Uruguay bolsos con decenas de millones, sino que su abogada, Giselle Robles, anunció al juez que además de las dos bolsas con documentación que entregó el viernes, estaba esperando más información que pidió a Uruguay.
Además de Cristina Fernández, también fueron imputados el exministro de Planificación Federal, Julio De Vido y el financista Ernesto Clarens, a quien se considera el cerebro de una compleja arquitectura de sociedades anónimas para el trasiego de dinero, al menos una decena de ellas creadas en Uruguay, o extranjeras que en algunos casos tienen a socios uruguayos que se van repitiendo en unas y otras.
La imputación en la Justicia argentina implica que existen bases sólidas para considerar a la persona como “sospechosa” del delito que se le adjudica.
En el voluminoso expediente que instruye el juez argentino Sebastián Casanello la palabra Uruguay se repite decenas de veces. Los avances logrados en las últimas horas en la vecina orilla son seguidos con atención por la Justicia del Crimen Organizado en Uruguay, donde en 2013 se radicó una denuncia por parte de diputados argentinos para que se investigue la ruta del dinero K. Sin embargo, la investigación, más allá de detectar la compra de inmuebles y giros bancarios que podrían estar vinculados al dinero presuntamente lavado por empresarios del entorno kirchnerista, no se avanzó lo suficiente por la falta de colaboración en el envío de información y porque tampoco era posible determinar el delito precedente de lavado. A diferencia de Argentina, la evasión fiscal en Uruguay no es considerada un delito precedente de lavado. Diferente sería la situación si en Argentina se logra probar que el lavado proviene de corrupción, como el pago de sobornos o la sobrefacturación en obra pública.
Lo que se ha denominado como la “ruta del dinero K” implica un complejo entramado de sociedades anónimas y personajes influyentes de la política argentina. En el capítulo uruguayo aparecen algunas pistas concretas. Una es la compra de un terreno en Maldonado llamado El Entrevero. Se pagaron US$ 14 millones, en la transacción participó Fariña y terminó a nombre de una sociedad anónima del empresario Báez. El escribano y la inmobiliaria que actuaron en la transacción fueron multados por no verificar el origen de los fondos.
Melilla.
El aeropuerto internacional de Melilla, cuyo nombre oficial es Ángel S. Adami, en honor al fundador del primer aeroclub del país, fue identificado por Fariña como el lugar donde el avión de Báez aterrizaba en 2011 y 2012 con bolsos conteniendo millones de dólares en efectivo.
En dicha terminal aeroportuaria están establecidas varias empresas de taxi aéreo, aeroclubes y escuelas de vuelo. Funciona de 7 de la mañana a 19 horas. Ayer, fuentes del aeropuerto dijeron a El País que fuera de ese horario “no deberían aterrizar aviones”. “¿Pero se puede”?, preguntó El País. “No se debe”, se respondió.
Según explicó a El País el secretario general de la Asociación de Funcionarios Aduaneros, Basilio Pintos, en Melilla hay asignados dos funcionarios aduaneros. “Se turnan, trabajan un día cada uno”, dijo. Cuentan con un escáner y también está presente la Dirección Nacional de Migración.
Fuentes del aeropuerto explicaron a El País que el tráfico es “muy poco”, que en su mayoría son avionetas privadas que llegan desde Argentina, Brasil y Paraguay. También dijeron que ha ocurrido que han llegado aviones y Aduanas no está presente, lo que obliga a pedir que concurra para hacer el trámite de verificación correspondiente. Las fuentes precisaron que “hace años” que en Melilla no se realiza un operativo importante de Aduanas. “Si la memoria no me falla el último fue en 2008, con unos repuestos. Después nada”, se indicó.
A fines de 2012, el Ministerio de Industria presentó un trabajo denominado “Diagnóstico Participativo del Sector Industrial Aeronáutico en el Uruguay”. El exhaustivo trabajo se hizo en los años en que, supuestamente, Báez enviaba el dinero en efectivo a Uruguay.
Sobre la situación del aeropuerto de Melilla en esa época, el informe del Ministerio de Industria dice: “Puntualmente, en el Aeropuerto Ángel S. Adami en Melilla es necesario un nuevo alambrado para garantizar la seguridad en la pista y habilitarlo para vuelos nocturnos, ya que se cierra con la puesta del sol. Esto ocurre debido a que en el 2003 se robaron parte de un tejido perimetral lo que ha permitido el ingreso de perros dentro del aeropuerto y en la pista y los controladores aéreos no cuentan con las condiciones necesarias para controlar el estado de la pista”.
Pintos dijo que “en todos los aeropuertos del país los controles no son los adecuados”.