Fernando Pereira dijo que “nadie puede decir que no fue imponente”, pero Julio María Sanguinetti asegura que en su barrio no se escuchó.
Anoche a las 21 horas se escucharon las cacerolas en muchas partes de Montevideo, en reclamo de más y mejores medidas ante la crisis del coronavirus, pero también se sintieron aplausos y la entonación del himno, como muestra de respaldo.
“Nadie puede decir que el caceroleo no fue imponente”, dijo el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, a 970 Noticias. Pereira, que se encuentra en cuarentena debido a que mantuvo contacto con una persona cuyo hijo dio positivo de coronavirus, señaló que los videos que publicó “son de un apoyo formidable a la Intersocial”.
“Cualquier que sea objetivo escuchó más caceroleo que aplausos”, agregó. “Hubo un apoyo masivo a la movilización”, remarcó. “Desde el primer día dijimos que la medida no era contra el gobierno, pero algunos miembros del gobierno se empecinaron en plantear que era contra ellos. Contra eso no hay vacuna. Por las dudas escribimos, hicimos un video explicativo de la medida (…) No es razonable adjudicarnos intenciones que no tenemos”.
Pereira agregó que la reacción de Luis Lacalle Pou al caceroleo (dijo no compartirlo pero que tenían derecho) es la adecuada de un estadista, pero “siempre alguien quiere ir más allá del presidente”
Desde el gobierno la visión sobre el caceroleo fue completamente opuesta. Esta mañana, el senador Julio María Sanguinetti dijo a Informativo Carve que en su barrio (Punta Carretas) no se escucharon caceroleos y agregó que es “una medida divisionista, de encono, como que deja la idea que hay medidas deseables que no se hacen porque alguien las detiene”.
“Es una decisión muy lamentable del PIT CNT con un gobierno que recién está arrancando, que hereda una situación”, manifestó.
“Es entristecedora cívicamente ese tipo de actitud. No son pocos pero tampoco son tantos. En una ciudad en la que el FA es mayoría creo que no fue tan abrumador como se esperaba. Es fácil estimular el enojo en una situación de penuria”, comentó Sanguinetti.
Agregó que el FA “habla de espíritu de colaboración y luego aparecen estas actitudes, reclamando al gobierno cosas que ni siquiera son justas y muchas de ellas son inviables, no asumiendo las limitaciones”. “Ese es el tema, hacerle creer a la gente que los recursos son ilimitados cuando han dejado al país con un déficit impresionante”, concluyó.