Lo hizo tras las maniobras militares anuales conjuntas del país norteamericano y su vecino del sur, en las que participan esta vez 15.000 estadounidenses.

Las fuerzas surcoreanas y estadounidenses iniciaron este lunes las maniobras conjuntas más importantes organizadas hasta la fecha en la península coreana, y Pyongyang amenazó con responder con ataques nucleares “a ciegas”.

Estos ejercicios anuales de los dos aliados agravan sistemáticamente las tensiones entre el Norte y el Sur.

Este año llegan en un momento particularmente tenso, dos meses después del cuarto ensayo nuclear de Corea del Norte y un mes después de un lanzamiento norcoreano de un cohete de largo alcance, dos acciones condenadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, que acaba de adoptar una nueva serie de sanciones contra el régimen más aislado del mundo.

Las maniobras conjuntas, bautizadas Key Resolve y Foal Eagle, tienen esta vez una envergadura nunca vista en Corea del Sur , con la participación de 15.000 estadounidenses, cuatro veces más que en 2015.

También están movilizados unos 300.000 militares surcoreanos, así como elementos clave del ejército estadounidense, entre ellos una brigada de combate y una escuadra conducida por un portaaviones y submarinos de propulsión nuclear.

En un comunicado difundido unas horas antes de empezar los ejercicios, la poderosa Comisión de Defensa Nacional de Corea del Norte dijo estar lista para una contraofensiva “total”.

“En nombre de la justicia”

El líder norcoreano, Kim Jong Un, sonríe al dirigir la prueba de un sistema de mísiles múltiple en una foto compartida por la agencia norcoreana de noticias el 4 de marzo.

“Las maniobras militares conjuntas organizadas por los enemigos son percibidas como ejercicios de guerra nuclear no disimulados destinados a menoscabar la soberanía (de Corea del Norte), su respuesta militar sera efectuar ataques nucleares preventivos y ofensivos”, advierte el comunicado.

En una declaración recogida el viernes por la agencia oficial KCNA, el líder norcoreano Kim Jong-un ya dio el tono, después de la adopción de sanciones en la ONU: “Debemos estar siempre listos, en cada instante, para utilizar nuestro arsenal nuclear”.

La retórica belicosa es una constante del régimen más aislado del mundo cuando las tensiones aumentan con Seúl. Pyongyang dispone seguramente de un pequeño arsenal de cabezas nucleares pero los especialistas están divididos en cuanto a su capacidad para instalarlas en misiles.

La Comisión de Defensa Nacional afirma que unos planes de “ataque nuclear preventivo en nombre de la justicia” fueron elaborados por el Mando Supremo del Ejército Popular Coreano, validados por Kim, y están listos para ser aplicados “incluso en caso de la más mínima acción militar” de los enemigos del Norte.

“El ataque nuclear a ciegas (…) mostrará claramente a los entusiastas de la agresión y de la guerra la determinación” del Norte, prosigue la Comisión.

“Océanos de llamas”

De la acción conjunta participan 15.000 estadounidenses, cuatro veces más que en 2015, y 300.000 militares sur coreanos
De la acción conjunta participan 15.000 estadounidenses, cuatro veces más que en 2015, y 300.000 militares sur coreanos.Foto:Reuters
Los blancos, pregona, podrían ser surcoreanos, pero los ataques también podrían apuntar contra las bases estadounidenses de la región Asia-Pacífico e incluso Estados Unidos.

“Si apretamos los botones para aniquilar a nuestros enemigos (…), todos los orígenes de las provocaciones quedarán reducidos en un instante a océanos de llamas y cenizas”, añade.

Los lanzamientos de cohetes han podido permitir afinar el programa norcoreano de misiles balísticos pero la mayoría de expertos piensan que Pyongyang no domina la tecnología de entrada en la atmósfera, después de la fase de vuelo balístico, que sería necesaria para alcanzar un territorio tan lejano como Estados Unidos.

Si Corea del Norte condena todos los años los ejercicios Key Resolve y Foal Eagle, que duran cerca de dos meses, Seúl y Washington afirman que su único objetivo es defensivo. No obstante, los dos aliados quieren hacer este año una demostración de fuerza tras el ensayo nuclear del 6 de enero y el lanzamiento de un cohete el 7 de febrero.

Adoptada por unanimidad la semana pasada al cabo de laboriosas negociaciones entre Washington y Pekín, la nueva tanda de sanciones decidida por el Consejo de Seguridad de la ONU, si se respeta, puede aumentar considerablemente la presión económica sobre el Norte.

Corea del Sur anunciará el martes nuevas sanciones contra Pyongyang, lo que debería conllevar nuevas amenazas de represalias por parte del Norte.

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