El canciller aseguró que la pobreza en Uruguay afecta al 8 % de su población, el indicador más bajo de América Latina.
“La distribución equitativa de la riqueza y la erradicación de la pobreza extrema constituyen un objetivo prioritario para el Gobierno uruguayo” de Tabaré Vázquez, señaló Nin Novoa en el asamblea de la ONU, que se celebra cada año en la sede del foro mundial en Nueva York.
La eliminación de la pobreza, además de la adaptación al cambio climático y la educación de calidad constituyen un eje transversal a los objetivos de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados por la ONU en 2015 y con meta a 15 años. Uruguay “coincide plenamente y ha aplicado medidas desde 2005 para ello”, añadió, según recoge la Secretaría de Comunicación Institucional.
“Nos comprometimos a erradicar, en forma definitiva, los niveles de pobreza extrema e indigencia para 2030”, aseguró el canciller uruguayo. “Hace 15 años venimos trabajando para cumplir con este objetivo y es con gran satisfacción que hoy podemos decir en esta sala que en Uruguay no hay una sola niña o un solo niño durmiendo en las calles”, sostuvo.
“El 2005 marcó un hito en el combate contra la pobreza y la pobreza extrema en el país”, dijo Nin Novoa, en referencia a la llegada al gobierno del Frente Amplio. “Para responder a las necesidades del pueblo uruguayo, se emprendieron importantes innovaciones institucionales, al tiempo de que se impulsaron reformas normativas que han ampliado la matriz de la protección social”, describió.
“Ese nuevo marco institucional otorgó un rol protagónico a las políticas sociales, se incrementó el gasto público social y se puso en marcha una planificación estratégica amplia en la materia en un marco de crecimiento económico ininterrumpido en los últimos 15 años”, enfatizó.
Además, “nuestro país apostó por el trabajo decente, dotando de mayores garantías y derechos a los trabajadores, lo que incluyó el derecho a la seguridad social y a la asistencia médica gratuita para los empleados rurales y domésticos, sectores históricamente postergados”. “Esas políticas públicas fueron fundamentales para el cumplimiento de las metas de inclusión social del Gobierno”, complementó.
Fruto de esas políticas sociales, el total de personas bajo la línea de pobreza se ha reducido a 8 % de los 3,4 millones de uruguayos en la actualidad, el indicador más bajo de América Latina, mientras que la indigencia se ubica en el 0,1 % y la desigualdad en el 0,38 en la escala de 0 a 1 de Gini, guarismos que colocan a Uruguay como el país más igualitario de la región.
La agenda de derechos, por la que Uruguay es internacionalmente reconocido, también ha contribuido en forma importante al avance de una sociedad más libre y democrática. “Somos una de las pocas democracias plenas en el mundo basadas en una firme institucionalidad y en la fortaleza de los partidos políticos, donde el más antiguo tiene 200 años y el más joven más de 50”, detalló.
El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay también hizo referencia a la difícil coyuntura internacional, “producto del choque de fuerzas contrapuestas que pugnan por establecer un nuevo orden mundial” y expresó la preocupación de Uruguay por la expansión del choque de ideologías perimidas, de las cuales la región sufre aún un “amargo recuerdo y no pocas consecuencias”.
En ese marco, defendió el multilateralismo y el libre comercio basado en reglas y reafirmó las bases de la política exterior uruguaya, entre las que se destaca el principio de no intervención en asuntos internos de otros países, la solución pacífica de los conflictos y la promoción y protección de los derechos humanos.