El ministro de Interior dio “una de cal y otra de arena” al Partido Colorado, criticando duramente a Sanguinetti.
Dentro de los proyecto en materia de seguridad surgidos dese la oposición política “el que me parece más potable es el de Talvi”, expresó el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, durante una entrevista concedida al matutino La República. En ese sentido, detalló que la propuesta colorada tiene “puntos de contacto” con la presentada el viernes por el Frente Amplio, esta última es “por lejos la mejor”.
“Hay que apoyarse en lo que ya se hizo: el PADO, videovigilancia, mejorar la policía comunitaria, que es la que se relaciona con la gente, la policía de cercanía”, remarcó.
En cuanto a la propuesta de Cabildo Abierto en la materia, consideró que “lo del serenazgo no mueve la aguja”.
“No va por ahí. Lo que veo que falta en los programas, salvo en el del FA, es que uno no debe pensar solo en la policía solucionando el problema después de que se produjo, sino llevar medidas adelante para que el problema no se produzca. Eso es lo esencial y no lo veo demasiado expresado”, dijo.
Posteriormente, fue interrogado por los recientes dichos del ex presidente Julio María Sanguinetti, quien ante los micrófonos de Radio Universal lo calificó de “ministro horroroso porque no quiere ver la realidad”.
“Yo no quiero ver que en el gobierno en que hubo más policías muertos fue en el de Sanguinetti. Yo no quiero ver que cuando se dijo que el tema de los desaparecidos ‘no existía’ fue en el gobierno de Sanguinetti. No quiero ver que tenía un ministro del Interior que ante un motín que se provocó en Punta Carretas, reprimió a sangre y fuego y terminó con tres presos muertos. Que vendió el penal de Punta Carretas para luego hacerlo shopping y fue -el ministro- uno de los que lo compró, no lo quiero ver a eso”, enumeró el jerarca, y luego prosiguió: no quiero ver que cuando citaron a militares a la Justicia, el general (Hugo) Medina los guardó en una ‘caja fuerte’ y él avaló que no llegara la citación, porque si lo veo, se me cae la cara de vergüenza”.
“Sanguinetti ha tenido la característica de que cada vez que intervino en una campaña electoral la radicalizó al máximo pensando que de esa forma ganaba terreno y eso le falló en el 2004. Le dio resultados en 1984 radicalizando su discurso y siempre dice cosas a los extremos, pero con muy poca autocrítica. No me merece mucho respeto su opinión en este momento”, cerró.