El gobierno tendrá listo un marco regulatorio en breve. “Con algunos animales es como la tenencia de armas, debe existir un permiso”, dijo Gustavo Soriano, ex gerente de Cotryba.
En julio de 2016, una pediatra fue atacada por un perro pitbull cuando estaba atendiendo a un paciente.
La médica se retiraba de una casa de El Pinar cuando el animal se soltó de la cadena y le mordió el rostro, produciéndole desgarros en la nariz, pómulo y oreja, y cortándole el tendón de un dedo. Ingresada al sanatorio del Banco de Seguros del Estado (BSE), recibió varias cirugías plásticas en el rostro para reconstruir la zona afectada.
No era el primer caso de un ataque de perro pitbull (ni fue el último), pero sí fue importante para convencer a la Comisión de Tenencia Responsable y Bienestar Animal (Cotryba), dependiente del Ministerio de Ganadería, a crear un marco regulatorio para las razas de perros consideradas peligrosas.
Recientemente se han registrado otros ataques. El último de ellos, por ejemplo, ocurrió el pasado fin de semana, cuando un perro pitbull lastimara seriamente a Rosaire Cusimano, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que vive en Paysandú.
Este tipo de incidentes generan siempre una controversia parecida. ¿Está en la naturaleza del pitbull ser un animal agresivo o la responsabilidad recae sobre quienes se encargan de criarlo? Un tiempo atrás, el veterinario Pablo Sehabiaga que todavía no se encontraron genes agresivos naturales en este tipo de perros (lo que no significa que no existan), pero que desde que se popularizó la raza se los ha utilizado en forma violenta.
Gustavo Soriano, que acaba de dejar su cargo como gerente de la Cotryba, explicó a Montevideo Portal que aquel caso (en el que la comisión actuó de oficio), “llevó a entender que estos animales requieren una tenencia diferente”.
“Hay regulaciones en todas partes sobre este tema. Uruguay tiene pasajes en sus leyes en referencia a perros peligrosos, pero no se establece un criterio porque no hay un acuerdo técnico. Muchos aseguran que tiene que ver con la crianza, cosa que debe ser cierta, pero el tipo de perro también hace una diferencia”, señaló.
En diciembre la Cotryba hizo un llamado a profesionales para que realizaran una consultoría sobre este tema y ayudaran a determinar cómo regular la tenencia de perros de razas peligrosas. Fue declarado desierto, pero recientemente se repitió el llamado y tras la postulación de dos interesados quedó una propuesta ganadora (integrada por un equipo técnico), que actualmente está realizando un informe para la tenencia que estaría listo aproximadamente en un mes y medio.
Con ese material se definirá el marco regulatorio, que incluye condiciones especiales para el tenedor de perros, para el cuidado de los animales e incluso para el perfil del permisario. “Debe haber ciertas condiciones de capacidad y entrenamiento. Normalmente en otros países hay un carnet para tenedores de perros potencialmente peligrosos, que son los únicos que pueden tenerlos”, remarcó Soriano.
“Es como la tenencia de armas. Para tener una navaja no precisás nada, pero para otro tipo de armas se necesita un permiso. Ese es el camino”, remarcó.
El ex gerente de Cotryba explicó que se están relevando los marcos jurídicos y políticas de seis países, de tal modo de tener “rápidamente insumos para definir una política propia”. Las principales referencias son España y Estados Unidos.
En España, por ejemplo, la Ley de Razas Potencialmente Peligrosas establece normas no sólo para el pitbull sino también para el rottweiler, doberman, el bull terrier y el mastín napolitano, entre otros.
Para estos animales se necesita una licencia administrativa que solo pueden obtener los mayores de edad que carecen de antecedentes penales graves y tienen un certificado de aptitud psicológica y un seguro de responsabilidad civil.
El perro sólo puede ser conducido por la persona autorizada, siempre con bozal y una correa de no más de dos metros. Los perros solamente pueden estar sueltos en las fincas privadas, siempre y cuando los cerramientos sean adecuados. Además, el animal debe estar identificado mediante microchip y con las vacunas al día.