Los tupas y Amorín
En Tangarupa ,obra de Enrique Amorín, publicada en 1925 en Buenos Aires, uno de los personajes principales, el guacho Panta, regresa desde Brasil a nuestro país, con un grupo de contrabandistas. Traían en esa oportunidad un matute de grandes proporciones para entregar a un pulpero oriental.
La estartegia para el ingreso del mismo era la simulación de un traslado fúnebre, de un supuesto hacendado y caudillo brasileño cuyo último deseo fue ser enterrado en Uruguay.
Habiendo hecho correr la bola los días previos, logran burlar el control policial, por lo menos en primera instancia, porque resultado de su imprudencia, una vez sacado el contrabando del ataúd, el cual había sido acondicionado para que huela a carne descompuesta, no entierran el mismo en el cementerio rural, sino que es dejado en la superficie.
Cuarenta y cuatro años después el MLNT, protagoniza el hecho conocido como la “Toma de Pando” , para el cual, poder ingresar las armas, se valieron de un ardid teatral que consistió en simular un cortejo fúnebre, dónde en el cajón llevaban las armas para consumar la acción planificada.
Seguramente y no porque descrea de las casualidades, quien o quienes planificaron la acción, se habrían inspirado en el relato de el escritor salteño. Dos elementos permitirían confirmarlo, o por lo menos no desacreditar la hipótesis, uno el hecho de que la acción guerrillera fue posterior al relato, condición necesaria de rigor histórico y la segunda, el carácter intelectual de los integrantes del movimiento.
Demás hipótesis o refutaciones , ahora corren por cuenta de quién lea estas líneas.
José Buslón

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